"Llegamos a la guarida misma de las FARC y les dimos un duro golpe, tal vez el más fuerte de la historia de Colombia". Con una algarabía inusual, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, anunció unas de las noticias más esperadas por el Estado: la caída de Jorge Briceño Suárez, más conocido como Mono Jojoy. "Es un día de gloria y de júbilo", dijo Rivera.

Jojoy era hasta ayer un nombre emblemático de un largo conflicto armado: se trata del responsable de la desgastada e impopular estrategia militar de la guerrilla. Cuando Alvaro Uribe subió al poder en el 2002, y tras el fracaso de las negociaciones de paz de su antecesor, Andrés Pastrana, convirtió a Briceño Suárez en un objetivo prioritario de alto valor simbólico.

Sus días terminaron tras una operación conjunta del Ejército, la Fuerza Aérea y la policía que tuvo lugar en La Macarena, departamento de Meta. Los datos aportados por un informante terminaron siendo claves para ubicar a este integrante del secretariado (directiva) de las FARC con enorme autonomía política.

El Ministerio de Defensa informó de que en el bombardeo, en el que participaron más de 30 aviones y 27 helicópteros, murieron 20 guerrilleros más. La prensa aseguró que con Jojoy estaba Tanja Nijmeijer, la holandesa que desde hace varios años se había sumado a la insurgencia.

UN GRAN IMPACTO Esta es la primera acción de envergadura contra la guerrilla desde que asumió el poder el presidente Juan Manuel Santos, a principios de agosto. Santos había comandado como ministro de Defensa de Uribe otras acciones resonantes. Ninguna como esta ha provocado tanto impacto.

Jojoy, dijo Santos desde Nueva York, era "el símbolo del terror que tanto daño le ha hecho a nuestro país. Es el golpe más contundente que se ha dado a las FARC en su historia", agregó.

Durante su toma de posesión había dicho que no estaban cerradas las puertas del diálogo con la guerrilla. Dos días después, un atentado contra el edificio donde se encuentra Radio Caracol, de origen al parecer incierto, le hizo volver sobre sus pasos y endureció nuevamente su discurso. La principal prioridad del Ejército se centra ahora en el número uno de las FARC, el antropólogo Alfonso Cano.

De acuerdo con los especialistas, la muerte de Jojoy profundizará la crisis de carácter terminal de una guerrilla que sufre constantes deserciones y delaciones. El proceso de declive y repliegue táctico se inició con el lanzamiento de la política contrainsurgente de Uribe, que cuenta con el respaldo logístico de EEUU. El año 2008 fue crucial en el punto de no retorno. De un lado, creció el repudio por los secuestros. Por el otro, se incrementó la eficacia del Estado.

Ese año, las FARC perdieron a sus principales figuras, Manuel Tirofijo Marulanda y Raúl Reyes. Iván Ríos, otro integrante del secretariado, fue asesinado por hombres de su confianza a cambio de una suculenta recompensa ofrecida por parte del Gobierno. El caso Ríos, cuya mano cortada fue ofrecida como prueba del trabajo realizado, puso en escena la profunda degradación existente en sectores de la guerrilla.

PROBLEMA DIPLOMATICO Las FARC se convirtieron, además, en un problema para las relaciones de Venezuela con Colombia. Tres años atrás, Hugo Chávez había reclamado a Uribe que reconociera a la guerrilla como "ejército beligerante". Pero Chávez también se vio obligado a rectificar y dijo, en vísperas de la asunción de Santos, que la guerrilla "no tiene futuro por las armas" y que "se ha convertido en una excusa del imperio para intervenir en Colombia y amenazar desde allí a Venezuela".