El Parlamento etíope ha aprobado este sábado una resolución que permite al Gobierno federal interferir en la política regional del Tigray y formar un gobierno interino de transición que sustituya al del disidente Frente de Liberación del Tigray (TPLF), en conflicto abierto con Adís Abeba. La imposición de un nuevo gobierno regional en Tigray, donde el miércoles el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envío una ofensiva militar, sustituiría al constituido el pasado septiembre en unos comicios celebrados solo en el Tigray y que Adís Abeba consideró ilegales.

El primer ministro etíope ordenó el ataque de madrugada, tras acusar al TPLF de asaltar una base que el Ejército etíope tiene en Tigray -desde el final de la guerra entre Etiopía y Eritrea en 2002- para robar armamento, provocando "muertes". "Atacar a las fuerzas de defensa nacional es un acto de traición" que el Gobierno federal no está dispuesto a perdonar, aseveró el primer ministro, que recibió en 2019 el Premio Nobel de la Paz, como justificación para entrar militarmente a la zona en una operación que asegura tiene "objetivos claros, limitados y alcanzables".

La fuerza aérea etíope ha lanzado en estos días bombardeos contra objetivos militares alrededor de la capital tigriña, Mekele, en los que "ha aniquilado por completo cohetes (con un alcance de hasta 300 kilómetros) y artillería de la facción rebelde", según especificó Abiy anoche. Y, en un mensaje televisado en tigriña, la lengua de esta región, anunció que habría más ataques aéreos, que "no quieren alcanzar a civiles", sino a este "grupo peligroso".

Pese a las declaraciones oficiales, resulta difícil conocer con precisión cuál es la situación sobre el terreno, pues el Gobierno federal ha cortado las telecomunicaciones e internet en Tigray. Abiy sigue haciendo oídos sordos a las peticiones de la ONU y potencias como la Unión Europea o Estados Unidos de que cesen las hostilidades.

Punto de inflexión

El contencioso entre Tigray y el Gobierno federal etíope viene complicándose desde hace meses, con el retraso indefinido de las elecciones generales que se debían celebrar el pasado agosto como punto de inflexión.

Etiopía fomenta, desde su refundación tras la caída del comunismo en 1991, una política de federalismo étnico, donde supuestamente todas las etnias tienen igual valor y representación. Sin embargo, desde entonces el TPLF lideró la coalición étnica que conformaba el gobernante EPRDF hasta el nombramiento en 2018 de Abiy, un joven político de origen ahmárico y oromo, como primer ministro.

Abiy forzó la dimisión de muchos altos cargos tigriñas tanto del Ejército como de posiciones de poder y comenzó un intento de extirpar el etnicismo de la política reformando el EPRDF en el Partido de la Prosperidad (PP), con el que pretende presentarse a las elecciones y del que se ha desvinculado el TPLF.

Tras el retraso de las elecciones por el covid-19, el TPLF celebró el pasado septiembre sus propios comicios parlamentarios, que el Gobierno central tachó de ilegales, de ahí que proclame ahora la necesidad de restaurar en Tigray el "orden constitucional".