El presidente de Estados Unidos, George Bush, tenía anoche al alcance de la mano la nueva y dura ley sobre el interrogatorio y juicio de presuntos terroristas, que describe como "herramienta" esencial para combatir el terror, aunque la oposición demócrata la denunció como "equivocada, anticonstitucional y antiamericana", en palabras del senador Patrick Leahy. Tras la aprobación del proyecto de ley por la Cámara de Representantes, el miércoles por la noche, el Senado se disponía a darle también el visto bueno, con lo que solo faltaría la firma de Bush para su entrada en vigor.

RETROCESO "Esta ley hará retroceder 900 años a la civilización", clamó ayer hasta un destacado miembro del partido de Bush, el senador republicano Arlen Specter, cuando la Cámara alta del Congreso rechazó una enmienda que hubiera garantizado el derecho a apelar ante los tribunales federales de EEUU a los extranjeros detenidos por Washington y calificados de "combatientes enemigos".

La enmienda, rechazada por 51 votos frente a 48, fue el último bastión de resistencia a la ley de los demócratas. Para conseguir que se sometiese a votación, la oposición aceptó incluso no plantear ninguna táctica dilatoria que impidiese la aprobación de la ley antes del receso del Congreso, el lunes, de cara a las elecciones del 7 de noviembre.

De hecho, la batalla fue dura. Después de recibir el martes en la Casa Blanca a sus aliados, los presidentes de Pakistán, Pervez Musharraf, y de Afganistán, Hamid Karzai, Bush canceló otros asuntos y se concentró en la ley.

Bush tuvo que sofocar la rebelión de tres senadores republicanos que pusieron objeciones a las prerrogativas que el texto confiere al presidente en el trato a los prisioneros de guerra, al permitir reinterpretar las Convenciones de Ginebra. "Los ciudadanos deben saber que trabajamos para ganar esta guerra al terror. Nuestra responsabilidad más importante es proteger a los estadounidenses de nuevos ataques, y no podemos decirles que estamos cumpliendo totalmente con nuestro trabajo a menos de que tengamos los medios para ello", añadió.

"COMBATIENTES ENEMIGOS" La nueva ley autoriza la creación de tribunales militares para juzgar a "combatientes enemigos", como el casi medio millar confinado en la base de Guantánamo (Cuba), y permite a los acusados acceso a las pruebas contra ellos excepto las secretas. Autoriza también el uso limitado de pruebas obtenidas de forma coercitiva. La definición de "combatientes enemigos" se amplía también a aquellos que proporcionan armas, dinero y otros apoyos a grupos terroristas.