Las amenazas de destrucción masiva sobrevuelan el paralelo 38 de la península coreana. No es la primera vez, especialmente por parte del impulsivo vecino del norte, pero las recientes sanciones de la ONU han elevado el tono un par de octavas. Pionyang ha aireado el miedo a un ataque nuclear y Seúl ha respondido que supondría la desaparición del régimen.

Corea del Norte ha roto este viernes todos los pactos de no agresión con Corea del Sur y ha cancelado las líneas telefónicas directas. Aquellos pactos son la consecuencia de la situación de interinidad que vive la península desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953), resuelta con un armisticio que nunca derivó en tratado de paz.

El Comité para la Reunificación Pacífica de Corea (CPRK, por sus siglas en inglés) ha emitido un comunicado en el que daba por suspendido el pacto firmado en 1991 para la resolución dialogada de las disputas y la prevención de rifirrafes militares accidentales. La línea directa es el teléfono rojo que ambos países crearon en 1971 y que suele ser la primera víctima de las escaramuzas. Pionyang la ha cortado ya cinco veces.

La reacción continúa el círculo vicioso en el que Corea del Norte y la comunidad internacional están encerrados durante décadas. Es la previsible consecuencia de las sanciones aprobadas por el Consejo de la Seguridad de la ONU por su ensayo nuclear del 12 de febrero, el tercero desde el 2006.

Aislamiento internacional

Estados Unidos las calificó como "las más duras" nunca impuestas por la organización. "Tomadas en conjunto, morderán. Y morderán duro", dijo la embajadora estadounidense, Susan Rice, que adelantó que "aislarán aun más a Corea del Norte y aumentarán la factura de sus líderes por desafiar a la comunidad internacional".

Las sanciones tienen perfil financiero y diplomático: prohíben a terceros países las transacciones económicas con Pionyang para evitar que siga desarrollando su programa nuclear, aumentan la capacidad para inspeccionar la carga de los barcos norcoreanos y reduce los movimientos de su personal diplomático. Se acordaron con la imprescindible firma de Pekín, a la que los desmanes norcoreanos le van limando la paciencia. La eficacia de las sanciones depende en buena parte de China, donde están localizados la mayoría de bancos y compañías norcoreanas en el exterior.

Posición china

El embajador chino en la ONU, Li Baodong, aseguró que las sanciones reflejan la determinación de la comunidad internacional en el asunto norcoreano, pero advirtió de que "no son suficientes" si las diferentes partes no se calman. "La prioridad es evitar las tensiones, apagar el fuego, reconducir la situación hacia los márgenes de la diplomacia y las negociaciones", dijo.

Las recientes amenazas norcoreanas de emprender una "guerra nuclear preventiva" contra Estados Unidos y Corea del Sur ha contado este viernes con la colaboración de un militar. El general Kang Pyo-yong ha dicho que los misiles nucleares están listos para su lanzamiento y que convertirán Estados Unidos "en un mar de fuego", según el diario 'Rodong Sinmun'.

Tecnología nuclear

Ningún experto independiente cree que Pionyang haya desarrollado ya la tecnología para ello. Su éxito requeriría la miniaturización de la ojiva nuclear para que el misil tenga un vuelo fiable. Un par de ensayos con misiles sin cargas han acabado con el proyectil en el mar tras apenas decenas de segundos. Pero sí que existe la posibilidad de que la artillería alcance a Corea del Sur y Japón, sus rivales regionales.

Washington ha asegurado que es "totalmente capaz" de defenderse a sí mismo y a sus aliados contra el ataque de un misil. Seúl ha alertado sobre las consecuencias para el norte si pasa de sus tradicionales bravuconadas a los hechos. "Si Corea del Norte nos ataca con una arma nuclear, el régimen de Kim Jong-un [el dictador norcoreano] desaparecerá de la tierra", ha expresado el Ministerio de Exteriores. Esa certeza, que comparten todos los actores del conflicto, descarta el ataque nuclear.

No es previsible que la tensión baje en los siguientes días. Tanto Corea del Sur y Estados Unidos por un lado, como Corea del Norte por el otro, tienen previstos ejercicios militares la semana próxima.