El hijo menor de Kim Jong-il y su aparente sucesor, Kim Jong-un, y un grupo de altos cargos del partido único de Corea del Norte, el Partido de los Trabajadores, han rendido este martes homenaje al dictador, fallecido el sábado de un ataque al corazón, en el velatorio del líder, en el palacio memorial de Kumsusan.

La televisión estatal norcoreana ha mostrado imágenes del cadáver de Kim Jong-il, que se encuentra en el mismo lugar donde está el mausoleo de Kim Il-sung, su padre y fundador de la dinastía hereditaria comunista del país. Según la agencia estatal norcoreana, la KCNA, la comitiva encabezada por Kim Jong-un ha expresado su 'profundo dolor' en el velatorio.

Se trata de la primera ocasión en la que los medios estatales del país hablan de actividades del hijo menor del dictador tras la muerte de su padre. En las imágenes difundidas por la televisión norcoreana se aprecia el cuerpo del dictador cubierto con una tela roja dentro de un sarcófago de cristal, que descansa a su vez sobre un lecho de flores rojas y blancas.

El fallecido líder de Corea del Norte, que también ostentaba el cargo de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas desde 1991, aparece en las fotos vestido con su tradicional uniforme caqui, que luce varias condecoraciones militares. A los pies del ataúd se ha colocado una placa en la que figuran los años de su nacimiento y su fallecimiento: 1942-2011.

Protestas en Corea del Sur Mientras, en la vecina Corea del Sur siguen con especial interés los acontecimientos relacionados con el fallecimiento del dirigente que gobernó Corea del Norte con mano de hierro durante 17 años y con la sucesión. Este martes, decenas de ciudadanos han salido a las calles de Seúl para protestar contra el dictador y animar a los norcoreanos a levantarse contra el régimen.

El Gobierno surcoreano, que dudaba en si expresar o no sus condolencias por la muerte, ha decidido finalmente expresar su pésame 'a los ciudadanos norcoreanos' por la muerte de su líder, según ha informado la agencia surcoreana Yonhap. Sin embargo, el Ejecutivo no enviará ninguna delegación para transmitir sus condolencias al país comunista, con el que se encuentra técnicamente en guerra después de que el conflicto que los enfrentó entre 1950 y 1953 concluyera con un armisticio en lugar de un tratado de paz.