Equipos de la Cruz Roja Internacional describieron un panorama desolador tras entrar ayer por primera vez en el valle de Swat (noreste de Pakistán) desde el inicio de la ofensiva del Ejército contra los talibanes. "Estamos muy preocupados por la crítica situación de los civiles de Swat y creemos que es necesaria una respuesta humanitaria rápida y global", advirtió ayer la organización.

Según la Cruz Roja, la región carece de agua potable y electricidad y escasea la comida. "No hay gasolina para los generadores y la mayoría de los centros médicos no funcionan", explicó Daniel O´Malley, uno de los miembros de la organización.

El Ejército de Pakistán aseguró ayer que, tras haber tomado la ciudad de Mingora, en "dos o tres días" habrá echado del valle a los rebeldes. La ofensiva, iniciada a finales de abril, ha obligado a abandonar sus casas a cerca de 2,5 millones de personas. Mientras, en la provincia de Waziristán del Sur, murieron en los combates 25 insurgentes y siete soldados.

La operación contra los talibanes en el norte de Pakistán ha causado la muerte de más de 1.200 integristas y 70 soldados desde finales de abril, según Islamabad.