Las drásticas medidas de seguridad en Bagdad no impidieron ayer la explosión de dos coches bomba que acabaron con la vida de 60 civiles e hirieron a más de un centenar. Los dos vehículos estaban aparcados en un mercado del barrio de Nuevo Bagdad, de mayoría chií. Es el primer atentado de envergadura en la capital desde que el miércoles el Gobierno anunció la puesta en marcha de la operación Aplicamos la Ley, cuyo objetivo es limpiar la ciudad de grupos armados.

Los dos vehículos bomba, estacionados a pocos metros uno del otro, estallaron por la tarde y en un intervalo de pocos segundos. Casi a la misma hora, en el populoso suburbio chií de Ciudad Sadr, otro coche bomba accionado por control remoto saltó por los aires frente a un restaurante, mató a un policía y a un civil.

Bajas de Estados UnidosTambién en la capital, el mando estadounidense informó ayer de la muerte el sábado de dos de sus soldados, con lo que ya son 3.129 los militares de Estados Unidos que han muerto en Irak. En Basora, al sur del país, tropas británicas y fuerzas del Ejército del Mahdi libraron ayer duros combates.

Este nuevo brote de violencia se produce dos días después de que el primer ministro iraquí, el chií Nuri al-Maliki, calificara de "éxito brillante" el arranque de la operación militar en la capital.