El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) condenó ayer a Milan Lukic, un jefe paramilitar serbobosnio, a cadena perpetua, y a un primo suyo, Sredoje Lukic, a 30 años de cárcel, por una serie de atrocidades en Visegrad (Bosnia) que incluyen haber quemado vivos a, al menos, 119 civiles musulmanes en dos viviendas. Milan era el líder de la banda paramilitar Aguilas Blancas que estableció un régimen de terror en aquella región de Bosnia desde el inicio de la guerra, en abril de 1992).

De las múltiples barbaridades por las que el tribunal ha condenado a Milan Lukic, destacan dos episodios: el 14 y el 27 de junio de 1992. En ambos casos, Lukic encerró a 70 personas en una vivienda, roció la alfombra con un líquido inflamable e hizo detonar un artefacto explosivo que provocó un incendio.