Llegó la hora de la verdad para la nueva Administración estadounidense en Afganistán. Después de varios meses en los que las autoridades estadounidenses han venido insistiendo en la necesidad de dar un golpe de timón en una guerra que Estados Unidos y la coalición internacional "no están ganando", 4.000 marines --considerado un cuerpo de choque-- irrumpieron en el valle del río Helmand, para desalojar de sus principales feudos en el sur del país a las milicias talibanes atrincheradas.

Poco antes del alba, decenas de aviones y de helicópteros depositaron en el valle del Helmand, en el corazón de la provincia, a unos 4.000 marines norteamericanos. La ofensiva, bautizada operación Khanjar (puñal, tanto en lengua dari como en pastún), es la de mayor envergadura desde que el presidente de EEUU, Barack Obama, anunció en febrero el envío de 21.000 militares adicionales al país centroasiático para frenar el avance talibán.

ACTUACION CONJUNTA Se trata de la mayor operación conjunta con las fuerzas armadas afganas desde el mes de marzo del 2007, cuando el Ejército británico envió a 5.500 soldados a otra región de Helmand. Unos 650 soldados y policías afganos participan en la vasta ofensiva, cuyo principal objetivo es garantizar la seguridad de la provincia cara a las elecciones del 20 de agosto y restaurar la confianza de los habitantes en el Gobierno afgano. Durante la ofensiva se utilizarán drones (aviones espía no pilotados) para seguir el curso de las operaciones.

"La operación Khanjar difiere de las lanzadas previamente por la amplitud de las fuerzas y su rapidez", declaró durante la mañana el general Larry Nicholson, comandante del cuerpo de marines. La primera fase de la operación Khanjar debe durar 36 horas, según aseguraron fuentes militares, y sus objetivos principales son la toma de los distritos de Garmser y Nawa, situados al sur de la capital provincial, Laskar Gah, y cerca de la frontera con Pakistán. Solo en el distrito de Nawa se calcula que hay entre 300 y 500 combatientes talibanes.

A mediodía, el Ejército afgano anunció que sus tropas habían tomado a los talibanes el distrito de Khanishin sin encontrar resistencia. "Los enemigos han huido", declaró el portavoz militar Kurt Stahl, sin precisar más detalles. En Gamser y Nawa "los helicópteros han descargado a todas las tropas", indicó el teniente Stahl. "La mitad de los objetivos han sido alcanzados al caer la noche, con adelanto sobre el programa previsto", aseguró, reconociendo, no obstante, que los soldados se habían topado con una "ligera resistencia".

Estos distritos están considerados como bastiones rebeldes. Las fuerzas internacionales no han logrado jamás penetrar en ellos desde que llegaron a Afganistán en el 2001.

A los marines que fueron desembarcados en el valle del río Helmand les dijeron, poco antes de iniciarse la operación, que iban a cambiar el mundo. "Vais a cambiar el mundo este verano, y eso empieza esta mañana por ayer", les explicó el teniente coronel Christian Cabaniss, antes de que subieran sus hombres a los helicópteros y a los Humvees (blindados). Anoche se informó de que un marine había muerto y varios resultaron heridos en el transcurso de la operación.

Los periodistas integrados con las fuerzas desplegadas en el valle del Helmand aseguraron que los talibanes apenas presentaron resistencia. Los civiles mantenían la distancia respecto a las tropas extranjeras, sentados en la sombra de los árboles mientras los blindados pasaban y los helicópteros levantaban nubes de polvo en los desiertos del sur afgano. Los marines, considerados un cuerpo de choque, han sido aleccionados previamente para que eviten, en la medida de lo posible, la confrontación.

Lejos de allí, mientras, en la provincia de Paktika (suroeste), el Ejército estadounidense anunció el secuestro de un soldado que llevaba desaparecido tres días. Poco después, la acción fue reivindicada por uno de los grupos talibanes. Desde el inicio de la guerra en el 2001, nunca antes un soldado de Estados Unidos había sido secuestrado por la milicia talibán.

El Ejército de EEUU tiene desplegados más de 54.000 soldados en Afganistán. De ellos, 28.000 forman parte de las fuerzas de la OTAN y el resto integran la operación Libertad Duradera.