Está en marcha una etapa de rediseño del sistema internacional que no se hará, necesariamente, sólo por la ley, sino también por la fuerza, como acabamos de ver en Irak. En vista del contencioso de décadas que Cuba mantiene con EEUU, ¿cree usted que la continuidad de la experiencia política de la isla es hoy más precaria ante el proyecto de George Bush?

--Depende de las posibilidades que ese rediseño tenga. Pero puedo responder que sí, que esta situación es más peligrosa y más grave. Pero no sólo para Cuba, sino para quién sabe cuántos países, porque habría que despejar de aquella ecuación --cuando Bush se refiere a "60 o más países"-- esa incógnita que supone las palabras "o más". Cuando hubo una iniciativa de EEUU de castigar a Holanda si el Tribunal Penal Internacional sancionaba a algún norteamericano, se vio que la incógnita de esa ecuación es bastante amplia.

Ese rediseño tiene lugar cuando en toda la región surgen gobiernos y propuestas políticas que hablan a las claras de un cansancio latinoamericano con la injusticia del modelo neoliberal. Esto es algo que aumenta las probabilidades de confrontación con quienes abogan por ese modelo, notoriamente Washington. ¿Cómo ve el futuro de las democracias latinoamericanas?

--Hay peligro. Pero no sólo en la región, es mundial. Sí, hay peligros para la región. Y los peligros son a partir del riesgo de agresión o de engullimiento de la región. Riesgo de sometimiento, de apoderamiento de recursos, de imponer un sistema realmente en crisis. Todo lo que viene sucediendo no son más que expresiones de la crisis de la mundialización neoliberal. Cuba tiene el honor de ocupar el primer lugar en ese riesgo.

Desde la crisis de los misiles en los 60, una acción militar directa de EEUU contra Cuba fue una posibilidad que con el paso del tiempo se volvió remota. ¿Hoy, en este nuevo esquema, diría que es, de nuevo, más probable?--Sí, ahora es más probable que cometan ese error. La lógica indicaría que no debieran hacer eso. Pero nosotros tenemos que atenernos a que la lógica no existe mucho. En aquella crisis hubo un riesgo inminente unos días. Ahora el riesgo es prolongado.AEn Chile, con Salvador Allende, en la Argentina de Héctor Cámpora y Juan Perón hubo una ola contestataria que terminó en dictaduras y muertes contadas por miles... --Pero ahora es distinto. Yo diría que éste es el mejor momento de América Latina, a diferencia de aquél.

AEn Chile, con Salvador Allende, en la Argentina de Héctor Cámpora y Juan Perón hubo una ola contestataria que terminó en dictaduras y muertes contadas por miles...

¿Cree usted que América Latina corre el riesgo --y hay ejemplos: Colombia-- de democracias menos democráticas o democracias tuteladas o giros autoritarios?--Esa es una pregunta compleja. Pienso que la violencia no parece ser el camino. Ha cambiado mucho todo, hay fenómenos nuevos. Colombia tiene un viejo problema de violencia. Hay dos fenómenos o tres, pero uno de ellos es importante. A ningún militar se le ocurre hoy un golpe de Estado. Alguno puede soñarlo. Pero hay un cambio en las conciencias. Los militares saben que hay una situación social tremenda. Hace 30 años, la población era muchomenos de la mitad de la presente. Mucho menos de 250 millones de habitantes. Hoy hay 524 millones. El 80% del empleo que se crea es precario y el 20% es fijo.¿Qué quiere decir exactamente cuando, ahora, afirma que "la violencia no parece ser el camino"?--Digo que no veo la violencia como el gran fantasma, veo a las masas. Y las masas están empezando a hacer cosas que antes no hacían. Puedo citar un ejemplo. Hace tiempo, Irán era el gendarme de EEUU en la región, el más poderoso, con las armas más modernas y además, riquísimo. Y sin embargo, los shiís, con el ayatolá Jomeini, sublevaron a la sociedad y sin armas derrocaron al sha. En el sureste asiático, había otro señor poderoso en Indonesia, con un gran Ejército. Se llamaba Suharto. Fue muy tolerado porque había matado a cientos de miles de personas de izquierdas. Y de un pestañazo, las masas lo derrocaron. Si ustedes piensan un poco, ha habido cambios en este mismo país, sin que se haya producido un disparo. Aquí y en otros lugares, porque también, en Ecuador, un día los indígenas entraron en palacio y determinaron el cambio de Gobierno. El que hoy piense en una acción de fuerza para resolver los problemas, estará realizando una acción prehistórica.Respecto a la violencia ¿habla de la derecha y de la izquierda por igual?--Estoy pensando ahora en aquellos que quieren cambios porque están en una situación insostenible. Ahora, muchas veces, la clase media está jugando un papel muy importante. Cuando ocurren determinadas cosas, las capas medias son peligrosas, en un sentido: tienen conocimiento. Muchas veces he visto que la gente más pobre es la que paga el sufrimiento. Pero cuando a un hombre de las capas medias le confiscan los fondos, el problema es muy serio.

¿Qué quiere decir exactamente cuando, ahora, afirma que "la violencia no parece ser el camino"?

Respecto a la violencia ¿habla de la derecha y de la izquierda por igual?

La falta de conocimiento puede ser otra forma de opresión ¿no?