Se lo debían a Chávez. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberaron ayer a la excandidata a la presidencia de Colombia, Clara Rojas, y a la excongresista Consuelo González de Perdomo, cautivas de la guerrilla desde hace seis y siete años, respectivamente. Las dos rehenes llegaron ayer a las 16.25 horas (21.55 en España) al aeropuerto Caracas, donde las esperaban familiares y el canciller venezolano, Nicolás Maduro. Una hora antes, el helicóptero que recogió en la selva a las dos rehenes aterrizó en Santo Domingo, localidad venezolana fronteriza con Colombia.

En el aeropuerto de Caracas, las dos mujeres fueron recibidas con flores y abrazos de sus familiares, en un ambiente de gran emotividad y alegría. Según fuentes oficiales, las liberadas y sus familias iban a trasladarse al palacio presidencial de Miraflores, donde les esperaba el presidente venezolano, Hugo Chávez.

En una primera declaración a una radio colombiana, Rojas aseguró que no tenía ninguna noticia de la excandidata a la presidencia, Ingrid Betancourt (junto a quien había sido secuestrada) desde hacía tres años.

Tras el fiasco de la operación en fin de año, la liberación trasciende la vertiente humanitaria para alcanzar la esfera política. Chávez ha salido victorioso del duro pulso con su homologo colombiano, Alvaro Uribe, que le apartó de un plumazo de las negociaciones con la guerrilla.

ESPERANZA Igualmente, el optimismo y la alegría de la familia de las dos liberadas se extrapolaba ayer a todo un país donde los secuestrados superan con creces el millar; entre ellos se encuentra la candidata presidencial Ingrid Betancourt. El gesto de la guerrilla dibujó un perfil más esperanzador a un conflicto que dura más de 30 años.

A diferencia del primer intento fallido, la operación Emmanuel --nombre del hijo de Clara Rojas y un guerrillero nacido en cautividad que se encuentra ahora a cargo del Estado--, el segundo intento fue ayer rápido, discreto y efectivo. Justamente la antítesis de la publicidad, ampulosidad y espectacularidad con que a finales de diciembre se había llevado a cabo el primer intento, con el director Oliver Stone subido en un helicóptero de la comitiva internacional como máximo exponente.

Si la primera intentona fracasó porque el Ejército colombiano no había paralizado las maniobras en la zona donde debía producirse el encuentro, ayer las operaciones militares fueron totalmente suspendidas en las inmediaciones del punto de encuentro, concretamente en San José de Guarive y El Retorno.

La misión, integrada por miembros del Gobierno venezolano y de la Cruz Roja, despegó desde el aeropuerto colombiano de San José de Guaviare hacia el punto de encuentro en la selva. Un par de horas más tarde, el ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez, daba noticias al presidente Chávez de la entrega de las dos liberadas.

"NO BAJE LA GUARDIA" En el momento de la liberación, las rehenes se despidieron de sus captores y hablaron, desde la misma jungla, a través de un teléfono por satélite, con Chávez, al que agradecieron su mediación "Por favor, presidente, no baje la guardia. Los que se han quedado atrás me pidieron que se lo transmitiera", le dijo González.

El comité de apoyo a Ingrid Betancourt elogió la eficacia "incontestable" tanto de Chávez como de Uribe para pedir que la vuelvan a poner al servicio de los rehenes que todavía están en manos de la guerrilla. EEUU, que aplaudió igualmente la liberación, instó a las FARC a liberar a tres estadounidenses.