La circulación de los trenes siguió ayer afectada en toda Francia, pero los ferroviarios limitaron sus paros para alterar mínimamente la operación salida de los ciudadanos que iniciaban ayer las vacaciones de otoño. La protesta social afectó muy poco a los trenes de cercanías y a uno de cada 10 trenes de alta velocidad.

Los camioneros limitaron sus operaciones caracol --marchar a velocidad lenta-- y el bloqueo de los accesos a los aeropuertos. El tráfico aéreo volvió el miércoles a la normalidad tras fracasar el intento de que Air France se uniera a la huelga por la reforma de las pensiones.