Las elecciones regionales francesas, cuya primera vuelta se celebra hoy, se presentan como un escrutinio de alto riesgo para el Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin. Según los sondeos, los electores oscilan entre la abstención y el voto de sanción que podría ser favorable a los extremos, sobre todo al ultraderechista Frente Nacional.

Una gran incertidumbre rodea estos comicios regionales y cantonales, que por celebrarse en un clima marcado por la amenaza terrorista y el desinterés de los electores puede reservar grandes sorpresas. Más de 41 millones de franceses han sido convocados hoy a las urnas para votar en la primera vuelta de las elecciones (la segunda vuelta será el 28 de marzo) para renovar los 26 consejos de las 26 regiones de Francia y la mitad de los miembros de las 100 asambleas departamentales (provincias).