José Luis Rodríguez Zapatero trabajó durante varios días en el discurso de 10 minutos que pronunció en la ONU. La mayor parte de la intervención la dedicó a la lucha contra el terrorismo, la guerra de Irak y la situación de Oriente Próximo. También habló de algunos asuntos sensibles de la política exterior española (Magreb, Sáhara, Gibraltar, Iberoamérica), esbozó algunas ideas para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, y reflexionó sobre la paz y la justicia social.

“La simiente del mal” contra la justiciaZapatero expresó su compromiso en la lucha contra el terrorismo, pero rechazó con rotundidad que para llevar a cabo esa lucha se recorten las libertades y las garantías procesales: "Eso es lo que ha aprendido mi pueblo de su enfrentamiento con ETA: que es con la legalidad, la democracia y la política como somos más fuertes y ellos más débiles".Para el presidente, el terrorismo "es la locura y la muerte" y carece de justificación. Pero tiene causas que le dan arraigo popular. "La simiente del mal se malogra cuando cae en la roca de la justicia, del bienestar, de la libertad, de la esperanza; pero puede arraigar cuando cae en la tierra de la injusticia, de la pobreza, de la humillación, de la desesperación", dijo. "Cuanta más gente viva en condiciones dignas en el mundo, más seguros estaremos todos".Zapatero habló de Irak: "La abrumadora mayoría del pueblo español se manifestó contra la guerra. Manifestamos esta opinión en el Parlamento, en las calles. A gritos, bien alto". Respecto al conflicto de Oriente Próximo, se mostró crítico. "España está del lado de Israel frente al terrible azote del terrorismo, contra el que tiene el derecho de defenderse por medios legítimos. Israel podrá contar con la comunidad internacional en la medida en que respete la legalidad internacional; y el trazado del muro no lo hace".”La fuerza de la ONU” para lograr la pazEl presidente hizo un alegato del multilateralismo, el papel central de la ONU, el diálogo y la justicia social para conseguir un mundo en paz. "La seguridad y la paz sólo se extenderán con la fuerza de la ONU, de la legalidad internacional, de los derechos humanos, de la democracia, de los hombres sometidos a las leyes, de la igualdad, de la igualdad de las mujeres y los hombres, de la igualdad en las oportunidades se nazca donde se nazca", dijo. Defendió la cultura como instrumento: "Consigamos que la percepción del otro esté teñida de respeto".Zapatero consideró "esencial" para el futuro del orden internacional que la ONU se democratice y fortalezca. Dijo que su Gobierno está dispuesto a considerar propuestas para "construir un consenso sobre el incremento del número de miembros no permanentes y sobre el uso del veto".El líder español hizo especial hincapié en la necesidad de que todos los países ratifiquen el acuerdo de la Corte Penal Internacional, que EEUU se niega a suscribir. "La paz y la seguridad del mundo exigen el respeto a la legalidad (...). Quiero hacer un llamamiento a todos los estados que no hayan ratificado todavía el Estatuto de la Corte para que lo hagan íntegramente, sin condiciones ni demoras, y así nos ayuden a construir un mundo más justo".Las “justas causas” de América LatinaIberoamérica ocupó un párrafo de la intervención de Zapatero, que expresó el compromiso de España con las "justas causas de los pueblos latinoamericanos". En concreto, con la consolidación de los regímenes democráticos y la estabilidad regional. El presidente manifestó su apoyo al progreso económico "orientado a la reducción de las desigualdades". "No dejaremos de promover en la UE un mayor acercamiento a la región mediante la construcción de una asociación entre ambos lados del Atlántico", dijo.No olvidó el presidente una referencia a Africa. "No podemos seguir aceptando pasivamente la prolongación de los conflictos olvidados de Africa, y por eso hemos apoyado junto con nuestros socios de la UE el establecimiento del Instrumento de Paz para Africa".Zapatero admitió que la situación actual del mundo "no ofrece demasiados motivos para el optimismo". "Debemos luchar por superar esta situación. Los españoles de hoy estamos dispuestos a que los que nos sucedan puedan decir: Ellos sí lo hicieron".