Las ocho potencias más ricas del mundo hicieron ayer un gesto sin precedentes para atajar la pobreza en las zonas más castigadas el mundo. Los ministros de Finanzas del Grupo del G-8 reunidos ayer en Londres acordaron la cancelación inmediata del 100% de la deuda exterior de 18 países ahogados por la enfermedad y la miseria. La mayoría de los estados que van a beneficiarse forman parte del Africa subsahariana (Benín, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, Madagascar, Malí, Mauritania, Mozambique, Níger, Ruanda, Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia), si bien cuatro de los elegidos (Bolivia, Honduras, Nicaragua y Guyana) están en América.

El monto de la deuda perdonada asciende a más de 40.000 millones de dólares, aunque la cifra final puede alcanzar los 55.000 millones (45.372 millones de euros o más de 7,5 billones de pesetas), ya que otros 20 países muy deprimidos aspiran a una cancelación similar. El anfitrión de la reunión, el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown, calificó el acuerdo de "histórico" ya que es "el más exhaustivo en cuanto a deuda, desarrollo y salud" de los alcanzados hasta ahora.

SANIDAD Y EDUCACION La cancelación supondrá para estos países un ahorro de unos 1.500 millones de dólares al año, dinero que, como indicó Brown, debe destinarse a "sanidad, educación y desarrollo de las infraestructuras". El acuerdo establece que se anularán por etapas las deudas de los 18 países, la mayor parte contraídas con el Banco Mundial, aunque también habrá que compensar al Fondo Monetario Internacional y el Banco Africano de Desarrollo.

En el plazo de los próximos 18 meses se procederá a la anulación de la deuda multilateral de otros nueve países por un montante de 11.000 millones de dólares. Finalmente se irá cancelando la deuda de 11 países más (4.000 millones dólares), a medida que hayan alcanzado "los criterios de transparencia y de lucha contra la corrupción".

Los ministros se comprometieron a sufragar algunos de los gastos que implica la condonación para las organizaciones multinacionales, aunque el dinero en algunos casos saldrá, según han denunciado las agencias de cooperación, de presupuestos que ya estaban dedicados a la ayuda al desarrollo.

EL GASTO DE LA SEGURIDAD Las agencias recibieron el acuerdo como "un importante primer paso", pero fueron unánimes al calificarlo de "demasiado escaso". La BBC se puso a echar cuentas y llegó a la conclusión de que la aportación de los contribuyentes británicos a las ayudas acordadas ayer será de 50 millones de libras al año, la misma cantidad que se va a gastar el Gobierno en la seguridad de la cumbre de dos días del G-8 el mes próximo.

A esta cumbre han quedado relegadas las discusiones para doblar, como pretende el Reino Unido, las dotaciones para la ayuda al desarrollo, incluidos programas de vacunación y lucha contra el sida.