Tras varias semanas de intensas negociaciones, las fuerzas políticas de Irak han resuelto de forma incompleta y parcial la formación del nuevo Gobierno. La Asamblea Nacional dio ayer luz verde a la lista de ministros que presentó el jefe del Ejecutivo, Ibrahim Yafari, aunque los titulares de cinco carteras, algunas de ellas de gran valor estratégico, como Petróleo y Defensa, ocuparán sus cargos de manera provisional. Los dirigentes sunís no ocultaron su descontento y acusaron a Yafari de no tener en cuenta sus peticiones.

El nuevo Ejecutivo, formado por 31 ministros y 4 viceprimer ministros, "refleja la diversidad étnica y religiosa de la sociedad iraquí", declaró Yafari. Sin embargo, la tercera fuerza más votada en las elecciones del 30 de enero, la liderada por el exprimer ministro Iyad Alaui, el gran aliado de Washington, ha quedado fuera del equipo ministerial. Sus exigencias de contar con cinco ministros dentro del Ejecutivo han sido consideradas como excesivas, habida cuenta de su actual fuerza en el Parlamento.

GRANDES DIFERENCIAS Las dos principales formaciones políticas del país, la coalición shií y la kurda, ganadoras de los comicios legislativos, no han logrado ponerse de acuerdo a la hora de designar a los máximos responsables de las carteras claves de Defensa y la de Petróleo, así como la de Industria, Electricidad y Derechos Humanos.

Hasta que no alcancen un acuerdo, el Ministerio de Defensa lo dirigirá de manera interina el primer ministro, Ibrahim Yafari, y el de Petróleo, el también shií Ahmed Chalabi, colaborador de EEUU desde el exilio durante la dictadura de Sadam Husein. Chalabi, además, será uno de los viceprimeros ministros.

El retraso en la formación del Gobierno se ha debido precisamente a las disputas entre shiís, kurdos y sunís por hacerse con Defensa y Petróleo. Las negociaciones todavía están abiertas. Yafari se ha visto obligado a cerrar la lista, a pesar de que tenía de plazo hasta el 7 de mayo.

El primer ministro había recibido fuertes presiones externas, por parte de EEUU, e internas, generadas por el aumento de la actividad de los grupos rebeldes que en las últimas semanas han sembrado el país de atentados.

La mayoría de los ministerios han ido a parar a manos de shiís, entre ellos el de Finanzas y el de Interior, otro de los más disputados. Este último lo dirigirá Bayan Jabr, un opositor de la dictadura que pasó varios años exiliado en Irán y Siria. Los kurdos se han quedado con 8 carteras y los sunís, con 7. El kurdo Hoshiar Zebari se mantiene como ministro de Exteriores. El vicepresidente de Irak, el suní Gazi al Yauar, amenazó con retirarse del Gobierno si los sunís no pueden nombrar con libertad a sus representantes en el Ejecutivo.