El acoso de los georgianos es total. La Embajada de Georgia en Moscú se encuentra acordonada por la policía rusa; los establecimientos georgianos, cerrados al público, y los georgianos residentes en Rusia son intimidados desde el lunes por las redadas policiales. Además, ayer, quedaron cortadas las comunicaciones por tierra, mar y aire con el país caucásico.

El bloqueo ruso, sin precedentes, es la respuesta a la detención en Georgia de cuatro militares, acusados por Tiflis de espionaje. Esta acción deterioró las ya de por sí frías relaciones bilaterales desde la llegada al poder del presidente georgiano, Mijail Saakashvili. El nuevo líder proestadounidense prometió sacar al país de la órbita rusa, controlar a las provincias secesionistas de Abjasia y Osetia del Sur y entrar en la OTAN en el 2008.

La policía rusa cercó con vallas metálicas el edificio de la embajada georgiana con el pretexto de "garantizar su seguridad" frente a posibles manifestaciones antigeorgianas, mientras los moscovitas se encontraron con las puertas cerradas de varias decenas de restaurantes y comercios georgianos.

DISCULPAS FORZADAS Las actuaciones policiales y fiscales se han añadido a los problemas causados este verano por la prohibición de las importaciones de vinos georgianos a Rusia. Para no desanimar a su clientela, muchos establecimientos prefirieron no poner de manifiesto los problemas con las autoridades. "Estamos en obras. Disculpen las molestias", rezaban algunos anuncios pegados en las puertas.

"Verás, queremos hacerlo aún mejor, chico. No te preocupes, volverás a comer tu empanada con queso de cabra", dijo a este corresponsal Titiko, el responsable de un restaurante cercano a la embajada georgiana. Titiko, de 57 años, procedente de la ciudad de Kutaísi, confesó con la condición de que no se mencione su apellido que su restaurante se cerró tras una visita de la policía local que ha embargado, con el pretexto de una inspección, toda la documentación, y que bloqueó las cuentas.

El Parlamento ruso estudiará una ley para impedir que los georgianos puedan hacer transferencias de dinero.