La operación para recuperar los votos del Frente Nacional le está saliendo muy cara a Nicolas Sarkozy. El mayor coste por la expulsión de gitanos --que, según una encuesta de Le Figaro , aprueban el 65% de los franceses-- lo está sufriendo su imagen internacional.

Después de las críticas del Consejo de Europa, tanto la Iglesia como la ONU deploraron ayer esta política de inmigración. El secretario del Consejo Pontificio para los Migrantes e Itinerantes del Vaticano, monseñor Agostino Marchetto, no dudó en recordar que los gitanos "también fueron víctimas de un Holocausto" y que todavía hoy "viven huyendo de quien les persigue".

"DEBILES Y POBRES" "Cuando hay expulsiones, se da lugar a sufrimientos, y yo no puedo estar contento con el sufrimiento de estas personas, particularmente cuando se trata de personas débiles y pobres que son perseguidas", argumentó el arzobispo. Se sumó así a las opiniones de varios prelados franceses y al propio Papa, que llamó a respetar "las legítimas diferencias" entre las personas.

Por su parte, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU activó su sistema de alerta ante "situaciones particularmente graves de manifestaciones extremadamente preocupantes de discriminaciones raciales masivas". Exteriores se defendió alegando que Francia "respeta escrupulosamente la legislación europea" y sus "compromisos internacionales" en relación con la comunidad gitana.