Al menos medio centenar de tanques y carros de combate se concentraron ayer en las inmediaciones del campo de refugiados de Nahar al Bared a la espera de una orden definitiva para irrumpir en las madrigueras de la milicia Al Fatá al Islam (AFAI), inspirada en Al Qaeda. Tras varias jornadas de combates de baja intensidad, el Ejército intensificó su ofensiva con bombardeos constantes de la artillería y la incursión en algunas posiciones del campo, donde le plantan cara los francotiradores. Murieron al menos dos soldados y 16 residentes --se desconoce si son civiles o militantes de AFAI--, lo que convirtió la jornada de ayer en la más sangrienta desde el primer día de hostilidades, hace dos semanas.

El Gobierno de Beirut se siente reforzado tras la aprobación en el Consejo de Seguridad de la ONU del tribunal internacional que juzgará los asesinatos de destacadas figuras políticas antisirias. "Creo que esta vez el Ejército está decidido", declaró ayer el ministro Ahmed Fatfat a la cadena Al Arabiya. Idénticas señales fueron aireadas por el representante de la OLP en el Líbano. "Se ha tomado -- dijo-- una decisión para entrar de forma estudiada, asegurándose de que los civiles no resultarán heridos".

ENTRE 5.000 Y 10.000 CIVILES Como era de esperar, las negociaciones conducidas por las facciones palestinas no están dando resultados. Sin embargo, falta el anuncio oficial para asaltar el campo, y la última palabra, según fuentes cercanas al Gobierno, la tendrá el Ejército. Dentro siguen quedando entre 5.000 y 10.000 civiles palestinos. Y muchos de sus angostos barrios son inaccesibles para los carros de combate, lo que dificulta la operación militar.

Mientras, siguen las amenazas de organizaciones cercanas a AFAI. "Islamistas, levantaos para ayudar a vuestros hermanos en Nahar al Bared, es vuestra obligación religiosa", se leía ayer en una web empleada por Al Qaeda en el Líbano. La suerte que tiene el Gobierno es que la organización de Bin Laden despierta pocas simpatías en otros campos de refugiados palestinos. Solo en Aín Hilue, cerca de Sidón, se conoce la existencia de grupos satélites armados, pero no pasan de 60 milicianos, según fuentes de Al Fatá. Las facciones mayoritarias llevan tiempo vigilándolos e incluso se han enzarzado en esporádicos combates. Temen que desafíen sus privilegios y su supremacía en el campo.