Israel se despidió momentáneamente de su ofensiva en Gaza bombardeando por sexta vez las instalaciones de la ONU. Tras 22 días de desolación y más de 1.200 muertos, el Gobierno israelí consideró ayer "cumplidos sus objetivos" y declaró un alto el fuego unilateral en Gaza desde la pasada medianoche. Su decisión, sin embargo, no implica la retirada inmediata de sus tropas de Gaza o la reapertura de las fronteras. Para que se cumpla el primer punto, Hamás tendrá que detener el fuego. Hay que ver, por tanto, si este es el final o solo un punto y aparte en las hostilidades.

Con la declaración unilateral del alto el fuego Israel ha logrado excluir a Hamás del acuerdo y consolidar la fórmula de paz por paz, defendida tradicionalmente por la derecha y ahora también por el Gobierno de centroizquierda. Su jefe de filas, Ehud Olmert, aseguró tras la votación del Gabinete que Israel ha asestado un duro golpe a Hamás y que ha logrado reducir sensiblemente su capacidad para lanzar cohetes. Si los islamistas dejan ahora de lanzarlos, añadió Olmert, sus tropas se retirarán de Gaza.

IMPEDIR EL REARME Más importantes son los acuerdos alcanzados por su Ejecutivo para impedir que los islamistas puedan rearmarse, su principal objetivo. Washington se encargará de vigilar las rutas para la llegada de armas de Irán a Gaza, mientras Egipto se ocupará de la vigilancia en la frontera, asesorado técnica y tecnológicamente por expertos extranjeros. Además, Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido han ofrecido a Israel su cooperación, incluido el uso de sus fuerzas navales. "Con su contrabando de armas, Irán ha intentado hacer con Hamás lo que hizo con Hizbulá en el Líbano", aseguró Olmert.

Ahora la pelota está en el tejado de Hamás. La propuesta es envenenada porque Israel detiene la ofensiva sin retirarse ni reabrir las fronteras. El liderazgo islamista en el exilio dijo durante la jornada que no dejarán de combatir hasta que se cumplan estas dos condiciones, pero habrá que ver qué hace la cúpula de Gaza. La población necesita desesperadamente un respiro ante tanta muerte y penuria.

Para abordar el nuevo escenario creado en la franja, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha convocado para hoy una cumbre en Sharm el Sheij, a la que asistirán el español José Luis Rodríguez Zapatero, el francés Nicolas Sarkozy y la alemana Angela Merkel, así como el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Mubarak, además, planea organizar una cumbre para recaudar fondos para la reconstrucción de Gaza. Como ocurrió en la segunda Intifada, Israel destruye y la comunidad internacional paga la cuenta.

ULTIMO ATAQUE A pesar de la inminente tregua, durante la jornada no cesaron los bombardeos sobre Gaza. Un nuevo colegio de la ONU, donde se refugiaban 1.600 desplazados, fue atacado por los tanques en Beit Lahiya. Dos niños murieron, su madre perdió las piernas. "¿Son estas muertes y las de todos los civiles inocentes en Gaza un crimen de guerra?", se preguntó el jefe de la UNRWA, John Ging. "No hay ninguna evidencia", le respondió un portavoz israelí.