Netanyahu apura los últimos días de Trump en el poder. La Administración de Tierras de Israel ha anunciado la construcción de 1.257 viviendas nuevas en un asentamiento de Jerusalén Este. Ilegal de acuerdo al derecho internacional, este gesto afecta a una zona sensible de la ciudad ocupada y provocaría el aislamiento de dos barrios palestinos. Varios organismos internacionales, como la Unión Europea y las Naciones Unidas, han denunciado esta expansión urbanística, cuya licitación a los contratistas para empezar a construir finaliza dos días antes de que Biden tome posesión del cargo.

El gobierno que se estableció para abordar la crisis del coronavirus está aprovechando los días crepusculares de la administración Trump para crear hechos sobre el terreno, ha dicho la organización israelí Peace Now, encargada de monitorear la construcción de nuevos asentamientos en los territorios ocupados. Los planes de construir más de 1.200 habitajes en el barrio de Givat Hamatos en la Jerusalén ocupada se redactaron hace años, pero la oposición de la comunidad internacional congeló el proyecto. Ante la política favorable de construcción de colonias del presidente estadounidense saliente, Netanyahu lo retomó en febrero.

Hasta el 18 de enero tienen los contratistas para licitar en esta área ocupada que aislaría a la ciudad palestina de Beit Safafa de las localidades cercanas. Dos días después, el nuevo presidente de los Estados Unidos jurará el cargo. Creemos que Israel intentará explotar este tiempo para avanzar movimientos a los que la administración entrante potencialmente se opondría, ha declarado la organización israelí Ir Amir. Según uno de sus trabajadores sobre el terreno, ya han empezado los trabajos arqueológicos en la zona para preparar el terreno para la construcción.

Así el 2020 se consagra como el año más prolífico en la construcción de colonias ilegales. Unas 12.150 nuevas viviendas se habían aprobado en octubre, el mayor número desde que Peace Now empezó su monitoreo en el 2012. La estrecha amistad entre Trump y Netanyahu es lo que ha permitido al último desarrollar estos planes ilegales de acuerdo al derecho internacional. Israel está tratando de beneficiarse del apoyo ilimitado de la actual administración estadounidense, ha denunciado Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino Mahmud Abás, así como los esfuerzos israelíes para acabar con la solución de dos Estados respaldada internacionalmente.

CONTRA LOS ASENTAMIENTOS

Entre los tres millones de palestinos que viven en Cisjordania, habitan casi 500.000 colonos además de los 220.000 que ocupan Jerusalén Este. Durante su mandato como vicepresidente en la administración Obama, Biden regañó públicamente a Israel en el 2010 por un proyecto de construcción de 1.600 viviendas en la colonia de Ramat Shlomo, anunciado durante su visita al país.

Netanyahu teme que con la partida del mejor amigo que ha tenido Israel en la Casa Blanca se acabe su inmunidad y sus éxitos en la arena internacional. Biden tiene previsto retomar la política estadounidense contraria a los asentamientos, en la misma línea que la comunidad internacional.

POLÉMICO POMPEO

Pero mientras Trump se mantenga en el poder, seguirán los guiños diplomáticos entre ambos países. Como el de esta semana. El anuncio de la inminente visita del secretario de Estado, Mike Pompeo, a un asentamiento ilegal ha hecho saltar las alarmas. Se trataría del primer funcionario estadounidense de tan alto nivel en poner un pie en una colonia israelí, rompiendo con una política histórica que todas las administraciones han respetado.

Pompeo quiere brindar con el vino hecho en Psagot que lleva su nombre. Esta bodega empezó a comercializarlo el año pasado cuando el secretario de Estado anunció que Washington ya no ve los asentamientos israelíes en áreas ocupadas tras la guerra de 1967 como incompatibles con el derecho internacional.

ENTRE JERUSALÉN Y BELÉN

Tras la guerra de los Seis Días de 1967, Israel ocupó Cisjordania y se anexionó Jerusalén Este en un gesto no reconocido por la comunidad internacional. Este es un lugar clave entre Jerusalén y Belén en la ocupada Cisjordania, ha insistido el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, en referencia al área donde se prevén las nuevas viviendas. Cualquier construcción de asentamientos causará graves daños a las perspectivas de un Estado palestino viable y contiguo, ha denunciado.

Desde la ONU, el coordinador especial para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Nickolay E. Mladenov, ha mostrado su preocupación. La construcción de asentamientos es ilegal de acuerdo al derecho internacional y exijo a las autoridades que reviertan este proyecto, ha concluido. Arrinconada y asfixiada, la comunidad palestina es testigo del despojo de sus tierras. Más de 70 años después de su Nakba, la catástrofe del éxodo de este pueblo, las esperanzas por un Estado propio se agotan.