Las fuerzas del orden italianas efectúan desde primera hora de este lunes una masiva redada por todo el país para buscar a los responsables de los violentos altercados del pasado sábado en Roma durante la manifestación del movimiento de los indignados. Cientos de agentes están haciendo registros sobre todo en el ámbito del movimiento anarquista y de los ultras del fútbol, principalmente en Nápoles, Milán y Roma.

En Nápoles, la policía ha registrado las casas de una decena de personas ya fichadas por su participación en protestas de carácter anarquista y se busca sobre todo material explosivo. En Milán y en Roma, la operación policial se ha centrado en varios apartamentos y en los "centros sociales" o centros ocupados donde se reúnen miembros de la extrema izquierda, de derecha y del anarquismo.

"Esta es la serie respuesta de la policía", ha subrayado el viceministro de Interior, Alfredo Mantovano. Los alborotadores provocaron el sábado destrozos valorados en millones de euros además de decenas de heridos durante los enfrentamientos con la policía. "No hay que poner a todos en el mismo nivel, pues todos saben que entre los manifestantes pacíficos se introdujeron los violentos que usaron la marcha como escudo", ha señalado Mantovano.

El diario La Repubblica publica que los centenares de violentos que provocaron la batalla campal en Roma aprendieron las técnicas de guerrilla urbana en Grecia. Así se lo confirmó uno de los participantes en los altercados, que explicó que "una vez al mes viajaba a Grecia para aprender cómo se organizan las guerrillas urbanas".

"Hace un año solo teníamos ganas de destrozar, pero en Roma hemos ganado porque nos hemos organizado", apuntó el joven, de 30 años, que añade que se dividieron en dos grupos y escondieron los petardos, bengalas y otros objetos arrojadizos durante el recorrido de la manifestación. "Unos 500 se armaron al inicio de la manifestación y tenían como objetivo destrozar la calle Cavour y otros 300 les cubrían las espaldas", ha revelado.

En la calle Cavour, los encapuchados destrozaron filiales de bancos, agencias de trabajo temporal, saquearon tiendas y supermercados y quemaron varios coches. "Después a los 500 nos dejaron marchar por la calle Labicana y después nos cargaron en la plaza de San Juan, adonde llegaron en nuestra ayuda los otros 300 que estaban infiltrados en la manifestación, y solo entonces la policía descubrió cuántos éramos", ha añadido.