El Ministerio de Justicia de Ecuador pidió hoy a la Fiscalía que investigue la supuesta matanza de indígenas de la etnia taromenane, que habitan en un sector de la Amazonía, a manos de otro grupo de nativos huaorani.

El subsecretario de Justicia, Diego Guarderas, presentó hoy un escrito a la Fiscalía para que recabe testimonios sobre la supuesta matanza de miembros de los taromenane, un pueblo que vive en aislamiento voluntario en la selva.

Guarderas pidió, de manera especial, que se conozca la versión del presidente de la nacionalidad huaorani, Cawetipe Yeti, quien ha declarado a los periodistas que detrás de la supuesta masacre hay un interés de venganza.

En la denuncia, difundida hoy a través de un comunicado, el Ministerio de Justicia solicitó a la Fiscalía que emprenda "todas las diligencias que sean necesarias para determinar la existencia del presunto delito y sus responsables".

Guarderas explicó que su denuncia no se dirige contra alguna persona en particular, sino a que se determine la verdad.

"Como ministerio nos corresponde dar seguimiento a las recomendaciones hechas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos" sobre protección a los derechos de los pueblos indígenas, señaló el subsecretario.

De momento, precisó, no se ha podido confirmar la versión de la supuesta masacre, aunque la prensa ha señalado que, presuntamente, serían entre 18 y 40 los indígenas asesinados.

No obstante, admitió que dos menores taromenane, supuestamente secuestradas tras el ataque, fueron llevadas al caserío Yarentaro, de la comunidad huaorani, donde personal del Ministerio de Salud Pública les brindó atención.

El comunicado precisa que la brigada sanitaria ha ingresado en dos ocasiones a dicha localidad para atender y efectuar chequeos de rutina a las dos niñas taromenane.

Asimismo, el Ministerio de Justicia recordó que se han efectuado tres sobrevuelos por la región selvática, en los primeros días de abril, para intentar localizar el sitio de los supuestos crímenes ocurridos a finales de marzo.

El ataque, según versiones de dirigentes indígenas, se habría producido por una venganza, ya que a primeros de marzo pasado una pareja de líderes huaorani habrían sido asesinados con lanzas, aparentemente por los taromenane que custodian sus territorios para impedir el paso de personas afines a empresas madereras.

Los problemas entre los dos grupos es antiguo y, según la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), se debe en parte a la reducción de sus territorios a causa de la expansión de las fronteras petrolera y agrícola en la Amazonía ecuatoriana.

El pasado sábado, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró que el Estado "ha tomado todas las medidas del caso" para "aclarar qué pasó".

Correa, además, criticó el manejo que han hecho ciertos medios de comunicación sobre el tema, sobre todo la publicación de unas fotografías de indígenas asesinados con lanzas, que podrían herir la susceptibilidad de las personas e, incluso, alentar el odio racial.

Para Correa, el conflicto es "un asunto entre comunidades", "un problema entre clanes", en el que unos, los huaorani, están incorporados al resto de la sociedad, y otro, los taromenane, prefieren vivir en aislamiento voluntario en la selva.

Correa aseguró que este conflicto nada tienen que ver con compañías petroleras y admitió que el asunto es "extremadamente complejo".