Un suicida lanzó el camión que conducía contra una comisaría de policía de Bagdad y mató al menos a 40 personas y dejó a 25 heridas, según cifras del Ejército de EEUU. Horas antes, la policía iraquí había cifrado el número de muertos en 22. En el plano político, el bloque de partidos que lidera el exprimer ministro iraquí Iyad Alaui amenazó ayer con abandonar el comité que redacta el borrador de la nueva Constitución iraquí, tal y como hicieron el pasado jueves la totalidad de los miembros que representan a la comunidad suní.

El ataque suicida contra la comisaría de policía tuvo lugar a primera hora de la tarde de ayer en el barrio de Masthal, situado al este de Bagdad. La explosión se produjo a escasos metros de la entrada principal de la comisaría, aunque la intención del suicida era empotrar el pesado vehículo --cargado con 200 kilos de explosivos-- contra el edificio y entonces hacerlo estallar, según dijeron ayer fuentes policiales. Al menos dos docenas de coches quedaron carbonizados y más de diez comercios y algunos edificios de viviendas seriamente dañados. Entre los fallecidos hubo policías y civiles.

En la capital se registraron, además, otros ataques que mataron a cinco personas.