El responsable de la política exterior y de defensa de la Unión Europea (UE), Javier Solana, declaró a EL PERIODICO que las heridas abiertas por la crisis de Irak "están cicatrizadas" y que "ahora hay que mirar adelante". Su labor se centra estos días en ayudar a salvar al proceso de paz de Oriente Próximo.

¿Qué lecciones hay que extraer de la crisis por la guerra de Irak?

-- En la UE, hay que hacer todos los esfuerzos para que las posiciones de sus países sean realmente comunes. En este caso, no se hizo. El esfuerzo debería haberse llevado más lejos para evitar la división, aunque fue más una división del Consejo de Seguridad de la ONU que de la UE. Francia y Gran Bretaña son miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho de veto. Si no hay acuerdo entre ambos, no puede haber acuerdo en la UE ni en la ONU. En el Consejo de Seguridad también debería haberse hecho más para evitar la división. Ahora lo importante es asegurar la estabilidad de Irak y no repetir los errores.

La situación en Irak parece degenerar cada día más.

-- La sociedad tenía una estructura muy dictatorial, por lo que no existían los elementos de una sociedad civil. Al caer la dictadura, ha quedado un país desvertebrado. Va a costar mucho vertebrarlo. Lo único que surge con fuerza es lo que estaba más arraigado: la religión. Me inquieta que Irak se pueda vertebrar a través de las instituciones religiosas.

¿Puede ser otro Irán? -- Existe ese riesgo. La primera vertebración se produce alrededor de las autoridades religiosas, y si hubiera una votación, las formaciones ligadas al estamento religioso podrían ser mayoritarias. Es urgente ir vertebrando la sociedad a través de canales más laicos.

¿La ocupación militar de Irak ha mejorado la estabilidad de la región o ha agravado las tensiones? -- Es muy pronto para decirlo. Una ocupación larga creará dificultades en la región. Una ocupación que deje un país desvertebrado tampoco sería buena. Por eso, lo más importante es haber recuperado el consenso en Naciones Unidas.

Cada vez que los grupos extremistas palestinos están a punto de anunciar una tregua, Israel sabotea esa posibilidad con el asesinato de uno de sus dirigentes. Parece como si el Gobierno israelí no quisiera el proceso de paz. -- Ha habido un rayo de esperanza con la aprobación del plan de paz de la Hoja de ruta por ambas partes. No he perdido aún la esperanza de que ese clima se pueda recuperar. Las negociaciones para el alto el fuego en el ámbito palestino no llegaron a buen término. Tres grupos radicales --Hamas, Jihad Islámica y Al Qasr-- no lo aceptaron y respondieron con atentados, con lo que se reinició el ciclo de violencia. En este momento hay un intento diplomático muy fuerte para salvar el proceso, que pasa por recuperar el diálogo interno palestino, por la condena del mundo árabe de la actuación de Hamas y por un compromiso de Israel y la ANP de recuperar el espíritu de negociación.

¿La opción del Gobierno de Ariel Sharon de intentar acabar militarmente con Hamas es viable y compatible con el proceso de paz? -- La historia reciente nos muestra que la seguridad de Israel no ha mejorado. Hay que hacer un esfuerzo para poner en marcha la Hoja de ruta y comprometerse todos con su objetivo: dos estados que convivan en paz. Nunca ha habido un calendario tan claro de lo que tiene que hacer cada uno para llegar a esa meta soñada. Es la única salida, y a eso dedicamos toda nuestra energía.

¿Qué papel debe ejercer EEUU para salvar el proceso? -- Hemos pedido a EEUU que se implique para influir a Israel. Es necesario que haya monitores sobre el terreno y que lleguen con rapidez. El tiempo juega en contra del proceso de paz. Es fundamental ganarle la batalla al tiempo.

¿Los países árabes apoyan lo suficiente el proceso de paz? -- Algunos tienen un papel activo, otros menos. El mundo árabe ha ofrecido que, si hay una retirada de los territorios ocupados, está dispuesto a normalizar sus relaciones con Israel. Es un gran avance.

La UE acaba de iniciar en el Congo una peligrosa misión de paz. ¿No quedará atrapada en la espiral de violencia? -- La misión es servir de cabeza de puente a una fuerza militar africana de la ONU. La UE no ha asumido la responsabilidad de pacificar el Congo. Es una misión corta, hasta septiembre. Pero es verdad que es la operación más difícil de la UE.

¿Es suficiente el poder que da el proyecto de Constitución europea al ministro de Asuntos Exteriores? -- Las instituciones de la UE son fundamentales. Pero, más importante que las competencias y atribuciones que hay en los tratados, es la voluntad política de los países de la UE de hacerlo funcionar. Es fundamental que haya una voluntad política de los países más importantes de trabajar juntos. Sin ello se puede hacer poco. Me gustaría que de la cumbre de Salónica surgiera esa voluntad de actuar juntos, de que la UE sea un actor fundamental en el mundo.