Los franceses son los más cotizados "en el mercado internacional de rehenes" de Irak. La razón es "simple": "París acepta pagar rescates mejores que Roma o Bucarest", dijo ayer el semanario francés Le Canard Encha®né .

El embajador de Francia en Irak, Bernard Bajolet, ha informado sobre este punto a los franceses presentes en el país árabe, a los que ha pedido que dejen el territorio. Bajolet teme que secuestren a Anne-Sophie Le Mauff, corresponsal del diario L´Humanité y última periodista francesa en Irak. El diplomático le ha enviado una carta en la que afirma: "No hay ninguna excusa que justifique que siga con su actividad en Irak".

En lenguaje diplomático, Bajolet escribe: "Igual que sus colegas, se debe usted preguntar si la libertad y el deseo de informar justifican que se corran tantos riesgos para usted y para los otros, además de las consecuencias que su eventual secuestro implicaría para nuestro país". Lo que significa que los diplomáticos franceses y los miembros de los servicios secretos y militares han puesto en peligro sus vidas para obtener la libertad de los periodistas franceses secuestrados en Irak (Christian Chesnot, Georges Malbrunot y Florence Aubenas) y sus intérpretes, y que preferirían no volver a hacerlo.

Los captores de Aubenas, liberada el sábado, pidieron, antes de rebajar la cifra, 20 millones de dólares (16,5 millones de euros o 2.745 millones de pesetas). Tras la liberación en diciembre de Chesnot y Malbrunot, tras cuatro meses de cautiverio, el Ministerio de Exteriores admitió "un gasto" de 15 millones de dólares (12,4 millones de euros o 2.000 millones de pesetas).

Por otro lado, fuerzas de seguridad iraquís liberaron ayer al rehén australiano Douglas Wood, de 63 años. Los militares buscaban a rebeldes en un barrio de Bagdad cuando se toparon con Wood y sus captores, a los que detuvieron. Pese a esto, la violencia sigue y dos bombas mataron ayer a 40 personas.