Estados Unidos no es el único que practica el espionaje industrial. Francia hace lo mismo. Según ha revelado Le Monde, París también utiliza un superordenador para controlar todas las comunicaciones telefónicas y de ordenador tanto en el interior del país como las que se producen con el extranjero.

Mientras François Hollande se quejaba por las escuchas de Washington y pedía incluso la suspensión de la negociación del acuerdo de libre comercio --su portavoz aclaró luego que solo era un aplazamiento de 15 días--, la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) tenía pinchado a todo el mundo. Esta inmensa base de datos sería ilegal si fuera utilizada por este organismo, puesto que trabaja fuera de las fronteras francesas, pero, de acuerdo con 'Le Monde', otros servicios secretos la emplean regularmente.

Se trata de un dispositivo clandestino que, sin embargo, figura en algunos documentos parlamentarios, en los que se hace referencia a la mejora de la coordinación para explotar los datos. Se considera además una herramienta efectiva para luchar contra el terrorismo, pero, de hecho, permite espiar a cualquier persona en cualquier momento.

No es de extrañar, pues, que Francia haya negado asilo político a Snowden e incluso prohibido al avión del presidente boliviano, Evo Morales, sobrevolar su espacio aéreo ante la sospecha de que viajaba en él el exagente norteamericano. Por otra parte, ayer el expresidente Nicolas Sarkozy anunció su dimisión del Consejo Constitucional, después de que el Consejo haya rechazado las cuentas de su campaña presidencial, y reembolsarle 11 millones.