Las enfermeras y el médico búlgaros liberados el martes están "en un estado psicológico cercano al de los marineros de los submarinos" por "su larga estancia en un espacio cerrado". Así lo declaró Stoyan Tonev, director del hospital donde fueron examinados a su vuelta a Bulgaria.

Las enfermeras y el médico están siendo sometidos a "los exámenes previstos para un soldado que regresa de una misión" en Irak o Afganistán, precisó el responsable. Los sanitarios y sus familias "atraviesan actualmente el periodo más duro, y es difícil prever cómo van a reaccionar tras un largo periodo de estrés". El marido de una de las enfermeras, el médico Zdravko Gueorguiev, que estuvo encarcelado con ellas hasta el 2004, tuvo que ser hospitalizado por hipertensión y problemas cardiacos, pero su estado se ha normalizado. El ministro de Defensa propuso a los sanitarios una estancia gratuita de 20 días en uno de los sanatorios del Ejército búlgaro para recuperarse.

RELACIONES ROTAS Las familias de los niños libios infectados con sida instaron a Libia a romper relaciones diplomáticas con Bulgaria, a deportar a los búlgaros residentes en el país norteafricano y a cortar los tratos con empresas del país de los sanitarios: "Las familias expresaron su condena y resentimiento contra la nación búlgara cuando el presidente perdonó a las enfermeras", reza un comunicado.