El histórico líder islámico tunecino Rachid Gannuchi ha regresado este domingo a Túnez tras dos décadas de exilio, donde fue recibido por varios miles de seguidores enfervorecidos.

Al grito de "el pueblo es musulmán y no se rinde" o "no hay más Dios que Alá y Alá es grande", las más de 2.000 personas concentradas en la sala de llegadas del aeropuerto internacional de Túnez se abalanzaron para saludar al dirigente que salió del aeropuerto protegido por varias decenas de sus seguidores. "Hoy vuelve Gannuchi a su pueblo, a su país, para ver cumplidos sus derechos políticos", dijo Mohamed al Behiri, miembro del comité ejecutivo del movimiento Al Nahda (Renacimiento en árabe), del que Gannuchi es su máximo dirigente.

"La presencia hoy de Gannuchi es una muestra de la libertad y de que todos los tunecinos, sin excepción, gozan de libertad", agregó, antes de subrayar que "lo que hoy ha ocurrido era impensable antes del 14 de enero", en referencia a la huida del país del presidente Ben Ali tras un mes de protestas populares. Por su parte, el también líder del movimiento islámico tunecino Abdelfatah Moro declaró: "Hoy es un día de alegría, no solo para nosotros, sino para todo Túnez".

PROTESTAS DE MUJERES

Moro, que subrayó que no defienden el lema "el islam es la solución", indicó que la prioridad de su grupo, en estos momentos, es elaborar un programa para ayudar a los más necesitados y no presentarse a las próximas elecciones. Junto a los miles de personas que se habían acercado al aeropuerto, entre las que destacaba la abundancia de mujeres con velo, dos decenas de jóvenes exigían un Túnez laico.

"No estamos en contra de que Gannuchi vuelva o se presente a las elecciones, pero sí en contra de que se presenten con un programa islámico", dijo una de las participantes Lidia Sanuli. Algunas de las jóvenes que se desplazaron al aeropuerto para criticar al líder islamista llevaban pintados bigotes y barbas para denunciar lo que consideran un trato discriminatorio por parte del islamismo político a las mujeres.

EXILIADO EN EL REINO UNIDO

Gannuchi ha declarado recientemente que no tiene intención de imponer en Túnez una república de corte islámico. El dirigente islámico, que abandonó Túnez en 1989, fue condenado a cadena perpetua, en rebeldía, en 1991 y era considerado por el antiguo régimen de Ben Ali como un terrorista en fuga.

En 1993 obtuvo el asilo político en el Reino Unido, donde ha vivido hasta ahora.

El regreso de Gannuchi se produce después de que el primer ministro tunecino, Mohamed Ganuchi, anunciara hace una semana una amnistía general.

Mientras tanto los tanques del Ejército han empezado a retirarse del centro de la capital, en un paso más a la normalización de la situación en el país.