Sesenta años después de la liberación de Auschwitz, quedan pocos que puedan contar en primera persona lo que sucedió en el interior del campo de exterminio. Serán ellos, en su mayoría ancianos que han superado los 70, 80 y 90 años, los protagonistas de la ceremonia de conmemoración que hoy tendrá lugar en las instalaciones del antiguo campo de concentración. Para muchos será su última vez en Auschwitz. Los líderes de una cincuentena de países lo han entendido y estarán con ellos.

La cita estará cargada de sentido. Con su presencia en Auschwitz, los representantes de la comunidad internacional expresarán su condena al Holocausto y rendirán homenaje a las víctimas. La ceremonia principal será junto a las barracas del antiguo campo de Auschwitz-Birkenau, donde fueron asesinadas entre 1 y 1,5 millones de personas. Los principales oradores serán los presidentes de Israel, Moshe Katzav; Polonia, Alexander Kwasniewski; y Rusia, Vladimir Putin.

EL PEOR CRIMEN DE LA HISTORIA Auschwitz-Birkenau es el lugar en el que se cometió "el peor crimen de la Historia", según afirmó el presidente de Israel, Moshe Katzav, en una entrevista publicada ayer por el periódico polaco Rzeczpospolita . "Auschwitz fue la capital del imperio del crimen, el mayor cementerio de la nación judía, un lugar en el que los alemanes practicaron el genocidio". Desde Washington, el presidente de EEUU, George Bush, afirmó que Auschwitz es "un recuerdo del poder del mal y de la necesidad de oponerse al mal donde quiera que esté".

Las autoridades de Alemania han reiterado durante los últimos días su más categórica condena a los crímenes nazis, especialmente el canciller, Gerhard Schröder, el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, y el presidente, Horst Köhler, quien encabezará la delegación alemana.

También estarán presentes, entre otros, el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney; el presidente francés, Jacques Chirac; el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; y el enviado especial del Papa, Jean-Marie Lustiger, hijo de un judío polaco y superviviente de Auschwitz, donde fue asesinada su madre.

Los organizadores han invitado también a unos 2.000 sobrevivientes de los campos de concentración nazis y a excombatientes de las divisiones del Ejército ruso que el 27 de enero de 1945 liberaron Auschwitz.

"UNA EPOCA MALDITA" "No está lejos el momento en el que desaparecerán los últimos testigos de esa época maldita", declaró el pasado domingo Simone Veil, superviviente de Auschwitz, que hoy participará en la ceremonia. Veil, expresidenta del Parlamento Europeo, y Waldemar Bartoszewski, prisionero número 4.427 del antiguo campo de concentración, firmarán la Carta del Centro Internacional de la Enseñanza sobre Auschwitz y el Holocausto.

Con el nombre de Auschwitz los nazis rebautizaron la ciudad polaca de Oswiecim, donde en 1940 establecieron cuatro campos de concentración: Auschwitz I, conocido también como campo base; Auschwitz II, o campo de exterminio; y los campos de trabajo esclavizado de Auschwitz III y Auschwitz Monowitz, al servicio de empresas como Krupp e IG Farben, y otras compañías alemanas que se beneficiaron del exterminio masivo y de la industria de guerra.

Auschwitz fue creado en 1940 y destinado, en un principio, a los prisioneros políticos polacos, pero muy pronto se convirtió en un campo internacional. Los nazis empezaron a llevar allí a personas de toda Europa, la mayoría de ellas judías. También fue utilizado como centro de detención de prisioneros de guerra soviéticos, pero sobre todo como lugar para exterminar a judíos, gitanos, homosexuales y personas con deficiencias físicas. Entre los presos había un gran número de españoles.

El campo de Auschwitz se convirtió también en el centro neurálgico del Holocausto, el terror y la infracción de los derechos humanos fundamentales, y en un ejemplo de las consecuencias del racismo, el antisemitismo y la intolerancia. Auschwitz era el corazón de un sistema que explotaba a sus víctimas hasta el agotamiento antes de enviarlas a las cámaras de gas, suerte que también corrían los prisioneros que eran considerados no aptos para trabajar.

EN VAGONES DE GANADO Tras abandonar los vagones de ganado en los que eran transportados, los prisioneros eran obligados a pasar por una puerta con una inscripción: el trabajo os hará libres . Luego eran seleccionados por los oficiales de las SS.

Los que eran considerados aptos para el trabajo eran sometidos a cuarentena en el campo de Auschwitz I y luego destinados a un campo de trabajo. Los no aptos eran asesinados al llegar en las cámaras de gas de Birkenau, disfrazadas de duchas, con el gas tóxico Zyklon-B.