El exespía ruso Alexander Litvinenko aseguró pocas horas antes de morir anoche en el University College Hospital de Londres que su estado confirmaba que tenía razón en sus acusaciones contra los servicios secretos rusos. "Lo han conseguido conmigo pero no lo conseguirán con todos," afirmó.

Litvinenko concedió pocas horas antes de morir una entrevista que el diario británico The Times publica hoy. El exespía ya había expresado su convicción de que no podría ganar su lucha contra el deterioro de todos sus órganos vitales.

Atentados a favor de Putin

"Esto demuestra que lo que se ha estado diciendo es verdad", afirmó el exagente de los servicios secretos en referencia a las acusaciones vertidas contra los servicios secretos rusos, el FSB, a los que acusa de ser los responsables de una serie de atentados contra bloques de viviendas en Moscú en 1999.

Estos atentados pudieron ser determinantes en la victoria electoral que llevó a Vladimir Putin al Kremlin, según asegura Litvinenko en su libro El FSB explota Rusia. "Quiero vivir solo para que lo vean", dijo Litvinenko entre susurros.

Envenenado el 1-N

Litvinenko aseguró que creía haber sido envenenado el pasado día 1 de noviembre, tras una reunión secreta con dos contactos rusos, tras cenar en un restaurante japonés con Mario Scaramella, un experto en seguridad.

Scaramella explicó posteriormente que se había reunido con Litvinenko para enseñarle algunos correos electrónicos en los que se identificaba a los asesinos de la periodista Anna Politkovskaya.