Manos Unidas ha enviado a Kenia, Somalia y Etiopía las primeras "acciones de emergencia" por un valor de 160.700 euros, con el fin de atender la crisis humanitaria que sufre la población en ese territorio a causa de la sequía. En un comunicado, la ONG informa de que ha destinado esta cantidad tras estudiar y "comprobar la viabilidad de las peticiones de ayuda que se han recibido desde el Cuerno de África". En concreto, Manos Unidas ha enviado a Somalia casi 72.000 euros con el fin de adquirir medicamentos para un hospital de un pequeño distrito cerca de Mogadiscio, así como para facilitar viviendas y campos de cultivo a las familias que viven en extrema pobreza. En este país, según la ONG, la situación es "extremadamente difícil", debido a los conflictos armados y a la inseguridad permanente, "con grandes carencias y donde la malnutrición, sobre todo la infantil, está muy extendida". A Etiopía ha enviado 58.696 euros para atender a las diez familias más "vulnerables" de las 450 aldeas en las que la ONG colabora en proyectos humanitarios. Esto supondrá que un total de 4.500 familias y 36.000 personas se verán beneficiadas. A Kenia, la ONG ha enviado ayuda por 30.671 euros que servirán para repartir alimentos entre las 300 familias más vulnerables de Garissa, una diócesis cercana al campo de refugiados de Dadaab. Cada familia recibirá 20 kilos de maíz, 10 kilos de judías secas, tres litros de aceite, cinco kilos de azúcar, otros tantos de leche, además de cinco litros de gasolina al mes. Por su parte, Save the Children ha alertado en un comunicado de que los campos de refugiados de Kenia están saturados y que la lentitud de los procesos de registro en los mismos obliga a más de 16.000 somalís a vivir "en medio de la nada". Según Save the Children, esta situación provoca un "impacto enorme" sobre los niños, que, cuando están fuera de estos campos no pueden alimentarse, ni tomar medicinas si las necesitan. La ONG afirma que el retraso de ingreso de los refugiados se debe a la falta de funcionarios que trabajan en el proceso de registro, que está bajo el control del gobierno. Por tanto, la organización hace un llamamiento a las autoridades de Kenia para que "aceleren" el proceso de registro, "introduciendo más recursos en los campos e incrementando el número de funcionarios".