"John Kerry no es el primer católico que puede llegar a la Casa Blanca, pero sí es el primer católico que proviene de una tradición judía y puede, si así lo desea, beneficiarse de la ley del retorno de Israel". El diario israelí Haaretz publicó este fin de semana un reportaje sobre el candidato demócrata en el que analizó sus posturas respecto Israel y el conflicto con los palestinos. Para satisfacción israelí y desazón palestina, el Kerry retratado por el Haaretz tiene un perfil muy similar al de George Bush.

Sin embargo, a tenor de informaciones publicadas en medios estadounidenses, los planes de Kerry respecto Oriente Próximo tienden a seguir los pasos de Bill Clinton. Eso sí, en un ambiente muy diferente, ya que mientras Clinton fracasó con un proceso de paz nacido de la euforia de Oslo, si Kerry desbanca a Bush se encontrará con cuatro años de Intifada.

El abuelo Kohn

Como suele ser habitual en la prensa israelí, el Haaretz destacó la relación de Kerry con el judaismo, sobre todo que su abuelo paterno era judío. Fritz Kohn, que cambió su nombre a Frederick Kerry, fue un judío checo que se convirtió al cristianismo en 1905. Kerry se enteró de estos orígenes judíos el año pasado, cuando lo desveló el diario Boston Globe. La prensa israelí también dedicó gran atención hace unas semanas a la visita a Israel de Cameron Kerry, el hermano menor del candidato, que se entrevistó, entre otros, con Ariel Sharon. Cameron se convirtió al judaísmo hace 20 años.

En sus declaraciones públicas, Kerry es idéntico a Bush: apoya el plan de separación de Sharon, considera que no hay interlocutor palestino y, recientemente, condenó el fallo de La Haya que calificó de ilegal el muro de Cisjordania.

El candidato afirma que el interés de EEUU en Oriente Próximo no es forzar a Israel a negociar, sino la guerra contra el terrorismo, señala con el dedo a Arabia Saudí y coloca a Israel y EEUU en el mismo bando. "Yo haré un mejor trabajo para reducir la amenaza contra Israel y el resto del mundo", sentencia. En definitiva, el Kerry del diario Haaretz tiene un mensaje claro y muy satisfactorio para los contribuyentes judíos en la campaña electoral estadounidense: EEUU no hará nada que Israel no quiera hacer.

La estela de Clinton

Sin embargo, en octubre del 2003 un Kerry embarcado en las primarias compartió ante el Instituto Arabe-Americano la "desazón" de los palestinos por el muro. Un borrador del programa electoral demócrata filtrado por la prensa estadounidense habla de que Kerry "demostrará la misma resolución para acabar con el conflicto que mostró el presidente Clinton".

Kerry cuenta en su equipo con gente de la Administración de Clinton, como Richard Holbrooke, exembajador ante la ONU, y Samuel Berger, exasesor de Seguridad Nacional. El candidato ha criticado a Bush por su escasa implicación diplomática en el conflicto y ha anunciado que nombrará un enviado especial de peso. Los nombres que suenan no son muy gratos en Israel: Clinton, Jimmy Carter o James Baker. Si pudiera, probablemente Sharon votaría a Bush. Por si acaso.