Como expresan públicamente muchos palestinos, Gaza va camino de convertirse en el nuevo Irak. Desde que el jueves se desmoronara la enésima tregua tras poco más de 48 horas de vigencia, los combates entre Hamás y Al Fatá se recrudecieron ayer y causaron 17 muertos, entre ellos una mujer y tres niños. De esta forma, asciende a 24 la cifra de víctimas mortales en los dos últimos días, y a casi 250 la de heridos.

En medio del clima de guerra civil, ambas facciones alcanzaron, gracias a la mediación egipcia, un principio de acuerdo para dar otra oportunidad a la paz. Más que una sincera declaración de intenciones, parece un gesto hacia Arabia Saudí, que el martes albergará una trascendental reunión entre el presidente palestino, Mahmud Abbás, Abú Mazen, de Al Fatá, y el jefe supremo de Hamás, Khaled Meshal.

Será la segunda vez que ambos dirigentes palestinos se vean las caras tras su cita en Damasco hace un mes, donde fracasaron en el intento de formar un Gobierno de unidad nacional. Hamás ha movido ficha y ahora está dispuesto a ceder, además de la cartera de Exteriores, la de Finanzas --incluso Interior-- si Al Fatá propone una figura equidistante entre ambos partidos, según fuentes consultadas cercanas al primer ministro. Lo único innegociable es el puesto de Ismail Haniya al frente del Gobierno, un obstáculo para acabar con el boicot internacional. Si a esto se añade la oposición de Israel y EEUU a un acuerdo entre Abú Mazen y Hamás, las perspectivas son muy poco halagüeñas.

NOCHE TRAGICA Tras una noche de encarnizados combates, los peores enfrentamientos se vivieron por segundo día consecutivo en la Universidad Islámica, uno de los bastiones de Hamás en Gaza, cuyas calles se vaciaron durante la jornada de violencia. Fuerzas de Al Fatá atacaron el centro y prendieron fuego a dos edificios del campus, un día después de haber confiscado allí centenares de armas y explosivos. Además, la guardia presidencial cercó una vez más la sede del Ministerio de Interior, donde halló una feroz resistencia de la policía de Hamás.

Los islamistas atacaron con morteros un campo de entrenamiento de Al Fatá, hiriendo a 30 reclutas. Además, volaron la sede de la emisora La Voz de los Trabajadores y arrebataron varias posiciones militares a los soldados del presidente.

Mientras, el Ejército israelí mató de madrugada "por un malentendido" a dos policías palestinos cerca de Ramala, tras haber acabado en la jornada anterior con cuatro militantes en Cisjordania. En este contexto, una viñeta de un diario de los territorios ocupados mostraba a trabajadores palestinos sembrando discordia y a Israel recogiendo los frutos de la cosecha.

SIETE IRANIS DETENIDOS Durante la redada del jueves en la Universidad Islámica, fuerzas de Al Fatá arrestaron en los laboratorios del centro a siete iranís, supuestamente expertos en explosivos al servicio de Hamás. Un octavo se suicidó, supuestamente, antes de ser capturado. Hamás desmintió la información y un portavoz de los nacionalistas se negó a confirmarla.