Pakistán conmemoró hoy el primer aniversario del asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto con el Gobierno de su viudo, el presidente Asif Alí Zardari, inmerso en una peligrosa escalada de tensión con la India.

Decenas de miles de paquistaníes recordaron con actos y homenajes por todo el país a la fallecida líder del Partido Popular (PPP), que fue asesinada en un atentado en la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad, apenas dos meses después de su regreso del exilio.

Los actos más destacados tuvieron lugar en el mausoleo familiar de Naudero, en la sureña localidad de Garhi Khuda Bux, donde Bhutto está enterrada, y en el parque Liaquat de Rawalpindi, donde tuvo lugar el atentado que acabó con su vida. La ex primera ministra iba asomada al techo su vehículo al término de un mitin, cuando tuvo lugar la explosión, perpetrada por un suicida, lo que hizo que se golpeara la cabeza y falleciera, según las investigaciones de Scotland Yard.

La prensa paquistaní publicó hoy decenas de anuncios del Gobierno, de partidos políticos, embajadas y empresas en recuerdo de la líder, a la que dedicaron extensos suplementos especiales. El Gobierno declaró como festivo el día de hoy e incrementó las medidas de seguridad en varios puntos del país, en el cual se han llevado a cabo desde debates sobre su figura a minutos de silencio, pasando por marchas, donaciones de sangre o rezos colectivos.

Bhutto continúa siendo el buque insignia de un PPP, que, liderado de hecho por Zardari tras su muerte, venció en las elecciones legislativas de febrero gracias a la ola de repulsa por su asesinato y forzó en agosto la dimisión de Pervez Musharraf como presidente.

En un mensaje a la nación recogido por la prensa, Zardari dijo hoy que Benazir siempre será recordada como la líder que "dio voz a los que no tenían", al tiempo que aseguró que la gente normal que estuvo en contacto con ella se convirtió en "gente extraordinaria". "Pido a las fuerzas democráticas que se dediquen a combatir el extremismo fortaleciendo las instituciones democráticas", expresó Zardari, quien agregó que su asesinato "no fue un ataque contra ella" sino "contra la viabilidad del Estado, para debilitar los esfuerzos de construir estructuras democráticas".

Por su parte, el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, aseguró, en otro comunicado, que Bhutto "demostró ser una líder mundial y elevó la imagen" del país y expresó que el 27 de diciembre "es el día más importante en la historia de Pakistán". Durante estos meses, el PPP ha empleado el nombre de Bhutto para decenas de causas, edificios, leyes, fundaciones, calles e incluso el aeropuerto internacional de Islamabad, que ha sido rebautizado.

El Banco Central de Pakistán puso hoy en circulación 300.000 monedas de diez rupias (unos diez céntimos de euro) con la imagen de la fallecida líder y el lema "Mártir Benazir Bhutto, hija del Este", el sobrenombre con el que era conocida.

La cúpula del partido y miles de seguidores se desplazaron hasta Naudero para llevar flores, entonar cánticos de recuerdo y participar en los actos conmemorativos, aunque las autoridades decretaron la suspensión de la principal congregación por motivos de seguridad, según el canal privado "Dawn".

Las imágenes difundidas por las televisiones locales mostraron a las multitudes concentradas, entre sollozos, en las inmediaciones de su tumba cubierta de pétalos.

Zardari había llegado ya ayer al lugar junto con sus hijas Asefa y Bakhtawar y su joven hijo varón, Bilawal, así como otros familiares.

Mientras, en el parque Liaquat de Rawalpindi, cientos de personas se acercaron a primera hora de la madrugada para recordar a la fallecida líder con velas y retratos, en un homenaje que continuó durante todo el día.

Las autoridades paquistaníes no han podido aún averiguar quién estuvo detrás del asesinato de Bhutto. El anterior Gobierno del general Musharraf acusó a Baitulá Mehsud, líder de los talibanes paquistaníes, pero éste lo desmintió. Y el Ejecutivo del PPP, que restó credibilidad a la acusación contra Mehsud, solicitó hace unos meses a la ONU la creación de una comisión de investigación, aún pendiente de aprobación.

Entretanto, Pakistán afronta un difícil momento con acuciantes crisis económica y de seguridad y una escalada en la tensión con la India tras los atentados de noviembre en Bombay.