Miles de turcos han participado en ceremonias de recuerdo a los cinco manifestantes fallecidos durante la ola de protestas antigubernamentales que comenzó a finales de mayo, cuando se cumple una semana de la muerte de la última víctima.

Los medios turcos informan hoy de que en la ciudades de Hatay y Eskisehir se produjeron el miércoles por la noche concentraciones coincidiendo con el séptimo día desde la muerte de Ali Ismail Korkmaz, un joven de 19 años que fue apaleado mientras escapaba de una carga policial.

Conmemorar a una personas siete días después de su muerte es una tradición islámica, la religión mayoritaria en Turquía.

En Hatay, una marcha se dirigió hacia el distrito de Armutlu, donde otro manifestante, Abdullah Comert, murió por un disparo policial en los primeros días de las protestas.

En esta marcha de recuerdo, cinco personas portaron mortajas blancas con manchas rojas en las que estaban escritos los nombres de los cinco manifestantes fallecidos hasta ahora.

Las protestas han dejado una sexta víctima, un agente de Policía que cayó al vacío mientras perseguía a un grupo de manifestantes.

Tanto Korkmaz como Comert eran naturales de Hatay, al sureste del país.

En Eskisehir, donde Korkmaz recibió la paliza que le dejó más de un mes en coma antes de morir, unas mil personas celebraron una ceremonia de recuerdo en el momento de la ruptura diaria del ayuno por el Ramadán.

Tanto en Hatay como en Eskisehir las protestas transcurrieron sin incidentes, pero en Adana se registraron choques entre manifestantes y la Policía, que empleó cañones de agua contra la multitud.