El reciente anuncio George Bush de incrementar su presencia militar en Irak con 21.500 soldados ha regenerado el debate en EEUU sobre el elevado coste humano, económico y político de la guerra, y planea sobre la precampaña para las presidenciales del 2008. Ayer se sumó al debate un último siniestro.

Un helicóptero militar estadounidense cayó ayer en Diyala, al noreste de Bagdad, causando la muerte a sus 13 ocupantes. El Ejército no reveló las causas del siniestro por lo que se baraja la posibilidad de que el accidente haya sido provocado por un ataque de los insurgentes.

El Ejército informó también de que tres soldados estadounidenses fueron asesinados en Irak entre el viernes y el sábado. Estas muertes sitúan en 3.043 fallecidos estadounidenses desde el inicio de la guerra en el 2003.