Atrapados en la mina que iba a ser su tumba y con las horas contadas por la falta de oxígeno, algunos de los 12 mineros hallados muertos el pasado martes por la noche en Sago (Virginia Occidental, EEUU) todavía tuvieron el valor de escribir sus últimas palabras de despedida y consuelo para sus familiares. "Decid a todos que los veremos al otro lado... Que no ha sido tan malo, sólo me dormí. Os quiero", garabateó Martin Toler, de 51 años, en el reverso de un formulario de seguros.

La publicación de esta nota, en primera página de la prensa estadounidense, añadió más dramatismo a la odisea vivida por los desgraciados mineros y sus familias, mientras el único superviviente del accidente, Randal McCloy, de 27 años, continúa en coma. "En estos momentos no sabemos si sobrevivirá", reconoció ayer el doctor John Prescott, del Hospital Allegheny General de Pittsburgh (Pensilvania).

SUS ULTIMOS MOMENTOS Al menos 4 de los 12 mineros fallecidos dejaron notas de despedida a sus familiares, según explicó ayer el hermano de Martin Toler, Tom. "Yo creo que la escribió cuando estaba en sus últimos momentos, porque yo diría que son como garabatos", explicó. Los forenses que se han ocupado de efectuar las autopsias a los cadáveres comunicaron a familiares de otras víctimas que los mensajes de todas las notas son igualmente consoladores, porque al menos muestran que los mineros no padecieron en sus últimos momentos.

"Su padre no sufrió", le dijo uno de los forenses a Peggy Cohen, hija del minero Fred Ware, de 59 años, fallecido en la mina de Sago. "Me consuela saber que no sufrió, que no estaba aplastado ni magullado", dijo después Peggy, que pudo comprobar el aspecto apacible de su padre cuando contempló el cadáver. "No me hacía falta una nota, me bastaba con verle", explicó.

Los mineros fallecieron por inhalación de monóxido de carbono, un gas letal que produce, sin embargo, una muerte apacible, un sueño del que no se despierta. Dosis muy elevadas de este gas fueron detectadas en la mina, donde las 12 víctimas quedaron atrapadas tras una explosión acaecida hacia las 6.30 de la mañana del lunes, cuyas causas aún no se han determinado con precisión. Los mineros disponían de tanques de oxígeno para una hora o quizá algo más, "dependiendo de las circunstancias, de lo corpulento que se sea, y de cuánto aire se aspire", explicó Terry Farley, de la Oficina Estatal de Seguridad, Sanidad y Entrenamiento de Mineros.

POTENTE EXPLOSION La explosión fue tan potente que causó la muerte de uno de los 13 mineros, mientras que sus compañeros se replegaron hacia el interior de la mina en busca de un túnel que pudieran sellar para impedir el paso al gas letal, mientras aguardaban a los equipos de rescate. Sin embargo se tardó 42 horas en llegar hasta ellos, cuando ya era tarde.