A exactamente dos semanas de las elecciones, el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, anunció ayer que el asentamiento de Ariel, en Cisjordania, y las pequeñas colonias judías vecinas se convertirán en el futuro en "parte integrante de Israel", lo que supone la anexión de esos territorios ocupados. La visita de Olmert a ese enclave de 17.000 habitantes quiso calmar a los colonos, después de que el pasado fin de semana el mandatario declarase que planea una retirada de varias partes de Cisjordania y establecer las fronteras definitivas de Israel en los próximos cuatro años.

Unos 240.000 colonos viven entre 2,4 millones de palestinos en Cisjordania, desde que Israel conquistara ese territorio árabe en la guerra de 1967; una ocupación que las Naciones Unidas han condenado en varias resoluciones.