La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció ayer que los primeros brotes de epidemias han comenzado a aparecer en las zonas afectadas por el maremoto del pasado 26 de diciembre, mientras que en países como Sri Lanka, donde han muerto más de 29.000 personas, las lluvias y las riadas están dificultando enormemente las labores de rescate. La ONU estimó que la cifra de muertos podría superar los 150.000 en toda la zona devastada, aunque teme que nunca exista una cifra definitiva debido al gran número de fallecidos sin nombre "que simplemente se han ido", según admitió Jan Engeland, coordinador de Asuntos Humanitarios.

David Nabarro, representante del director general de la OMS para las crisis, no se atrevió a decir si los esfuerzos serán suficientes en las zonas más afectadas, como el norte de la isla de Sumatra. El funcionario declaró desde Ginebra que hay "cada vez más informaciones que anuncian la aparición de enfermedades diarreicas en los campos de desplazados en Sri Lanka y en la India". Aunque aún no ha cundido la alarma en la OMS --"es algo que esperábamos", dijo--, Nabarro insistió en que hay que garantizar la distribución de sales de rehidratación y antidiarreicos.

Llueve sobre mojado. En esta isla budista del sur de la India, las lluvias y las inundaciones han forzado la evacuación de al menos 15 campamentos de desplazados en el distrito de Ampara, al este del país y el lugar más golpeado por el tsunami. El agua caída ha impedido a médicos y equipos de rescate acercarse.

DISTRIBUCION DE AYUDA "Las inundaciones están impidiendo la distribución de ayuda en muchas áreas", declaró a Efe un ministro de Sri Lanka. "Cuando el agua empezó a subir, ya teníamos suficiente comida y ropa para distribuir, pero mucha gente se alberga en alojamientos provisionales y lo último que necesitan son las fuertes lluvias que destrozan sus refugios", afirmó.

Las réplicas sísmicas de intensidad moderada seguían sacudiendo ayer el archipiélago indio de Andamán y Nicobar, donde 6.000 personas siguen desaparecidas. En los últimos seis días se han registrado más de 80 temblores en este archipiélago, cuyo extremo sur está situado a tan sólo unos 200 kilómetros del epicentro del seísmo.

MAS DE 7.000 TURISTAS Más de 7.000 turistas, la mayoría de ellos europeos, todavía permanecían desaparecidos seis días después de que el tsunami engullera sus costas. Entre ellos se hallan 3.559 suecos, alrededor de un millar de alemanes, 466 daneses y 462 noruegos. España tiene a 11 turistas que todavía no han dado señales de vida.

Muchos de los familiares supervivientes vagan por las playas paradisiacas de Tailandia en busca de noticias, pero las autoridades locales les han pedido que cesen la búsqueda y que regresen a sus hogares, ya que, una semana después del desastre, los cuerpos en descomposición son prácticamente irreconocibles. "Por favor, digan a sus amigos que no vengan", proclamó el agente de la policía turística, Tuaytep David Wibursin, a través de un altavoz desde el Ayuntamiento de Phuket.