La Unión Cristiano Demócrata alemana (CDU) prometió ayer apear del poder al canciller Gerhard Schröder, a más tardar en el 2006, para transformar la realidad alemana y poner el país en la vanguardia de Europa.

El principal partido opositor alemán se dio cita en la ciudad de Leipzig para celebrar su congreso federal bajo el lema Alemania puede más, y su presidenta, Angela Merkel, destacó que los cambios serán "dolorosos, pero que nadie tendrá que pagar más que ahora". La receta mágica de Merkel se fundamenta en una política que garantice el "crecimiento, crecimiento y más crecimiento" de la economía, sobre la base de efectuar una reforma radical de las prestaciones sociales".

La CDU, si llega a gobernar, liberalizará totalmente el mercado de trabajo y eliminará las negociaciones sectoriales, para que se establezcan acuerdos directos entre empresarios y trabajadores, al margen de los sindicatos.

El presidente de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), Michael Sommer, que se encontraba en el congreso como invitado especial de la CDU, se retiró indignado al escuchar esa referencia y afirmó que "los trabajadores alemanes no están dispuestos a aceptar chantajes de ningún tipo".