El Papa Francisco ha llegado este sábado a Lesbos para una visita de cinco horas, durante las que recorrerá el centro de detención de Moria, donde languidecen más de 3.000 refugiados, almorzará con ocho de ellos, ofrecerá un servicio religioso en memoria de los miles de muertos ahogados en el Mediterráneo y dará un discurso en el puerto de Mitilene, capital de la isla.

El portavoz del Ayuntamiento de Mitilene, Marios Andriotis, reconoció a este diario que “esta visita no servirá para solucionar la crisis de los refugiados, porque se necesita una aproximación diferente. Pero demuestra que la gente tiene que permanecer unida y afrontar juntos los problemas, sin importar la religión”.

"Es un gesto simbólico muy importante que los líderes de la Cristiandad envíen un mensaje de paz desde Lesbos, donde desde el principio hemos afrontado la crisis de manera muy humana", agregó Andriotis, en conversación telefónica.

LAVADO DE CARA

Aunque las autoridades de Lesbos insistieron durante los días previos en que no se realizarían preparativos extraordinarios para la visita papal, sí se ha procedido a un lavado de cara. En Moria, antiguo centro de registro y campamento de refugiados tornado en cárcel de facto gestionada por la policía, se han pintado los muros de hormigón en los que se leían eslóganes de activistas como "Ni países, ni fronteras" o "Vergüenza para la Unión europea". También se han reubicado varias familias del copado centro en el cercano Kara Tepe, un campamento administrado por la municipalidad de Lesbos y que permite libertad de movimiento. El Papa hallará así una imagen distorsionada de la realidad que sufren cada día hasta 7.216 refugiados que hay en las islas griegas en el Egeo, según las cifras relativas a este viernes del Centro de Coordinación de la Gestión de la Crisis de los Refugiados de Grecia.

Sin embargo, este "maquillaje" no es nuevo: el pasado mes de noviembre, en pleno auge de llegadas a la isla, las autoridades locales se apresuraron a limpiar playas (coloreadas por miles de chalecos salvavidas abandonados por los refugiados que llegaban en pateras) y adecentar caminos en el norte de Lesbos ante la llegada del primer ministro, Alexis Tsipras, quien también está presente este sábado durante la visita papal.

Asimismo, completarán la lista de personalidades el Arzobispo de Atenas, Jerónimo y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa, Bartolomé, quien a su llegada a la isla este viernes deseó que la presencia de la comitiva religiosa sirva para despertar conciencias de los fieles acerca de la situación de los refugiados.

IMPACTO DE LA VISITA

"Esperamos que nuestra visita y breve comunicación con ellos (con los refugiados) surta efecto, tenga un impacto y resultados prácticos para aquellos que han sido desplazados violentamente de sus hogares, sus tierras, y sufren hasta alcanzar su destino final, sea el que fuere", expresó el líder religioso.

Desde que entrara en vigor el acuerdo entre la UE y Turquía el pasado 20 de marzo, todos los refugiados llegados a las islas griegas son trasladados a centros de detención como el de Moria, donde la alimentación, el alojamiento y las condiciones higiénicas distan mucho de ser adecuados. Asimismo, Acnur ha denunciado que no se cumplen las garantías legales básicas, como el acceso a un abogado de manera gratuita. Muchos de los internos en Moria afirman no contar con traductor y ser obligados a firmar documentos en griego cuyo significado desconocen.

El acuerdo entre Bruselas y Ankara puso también en marcha un sistema de devoluciones de refugiados que por el momento ha visto cómo 326 personas eran devueltas a Turquía los pasados 4 y 8 de abril. En esa primera semana de funcionamiento del sistema de devoluciones, 658 personas llegaron a Grecia a bordo de pateras y al menos 5 se ahogaron. El operativo de seguridad creado para frenar el flujo migratorio ha logrado reducir hasta el momento las llegadas desde las costas turcas, aunque varias oenegés han alertado de que los refugiados no cesarán de intentar alcanzar la UE en su huida desesperada.