Pat Cox ha pasado los últimos meses haciendo campaña a favor del al frente de Ireland for Europe (Irlanda por Europa), que agrupa a todo tipo de personalidades de la vida irlandesa. En su despacho de Dublín, a punto de concluir su misión, el expresidente del Parlamento Europeo confía en la victoria, pero teme el peso en las urnas de un castigo al Gobierno y otros factores ajenos al Tratado de Lisboa.

--¿La situación económica ha hecho cambiar de opinión a los irlandeses?-- Eso y las garantías de Bruselas de respetar algunos puntos muy sensibles para la gente. Asuntos que afectan por ejemplo al derecho a la vida o la soberanía. La crisis ha afectado al sistema bancario y ha provocado el colapso de la propiedad inmobiliaria. Europa ha sido parte de la receta del éxito irlandés y Europa es la fórmula indispensable para salir adelante.--

Ustedes identifican la ratificación del Tratado con la creación de empleo. ¿No es tratar de vender una receta mágica?-- No hay receta mágica. Esto no es una máquina tragaperras: se vota el sí, se da a la palanca y caen miles de trabajos. Pero nuestra economía depende de las exportaciones a Europa y de las inversiones extranjeras.--

sí,

¿Cuál es el obstáculo más grande para la victoria del sí?-- El obstáculo más grande es el Gobierno. Irlanda tiene el Gobierno más impopular desde que existen los sondeos. Hay un riesgo de que los votantes quieran aprovechar el referendo para castigarle. En los referendos las motivaciones del voto son más complejas. En esta consulta, personas y grupos fuera de los partidos tradicionales están teniendo más impacto.--

Según los sondeos, la gente joven es la más próxima al no.-- Dos tercios de la gente entre 18 y 22 años no vota. De los que votan, es cierto, dos tercios lo hacen por el no. Pero eso está cambiando. Hay más interés en el debate y son más los que están a favor del sí. --

no. sí.

¿Cree que los ciudadanos de Irlanda están desencantados con Europa?-- No están desencantados. La gran mayoría sigue apreciando el proyecto europeo y sabe lo que le debe. Lo que hay es cierto cansancio de lidiar con estos asuntos. Ha habido muchos referendos desde que Irlanda entró en 1973 en la Unión Europea, y eso fatiga.--

¿Y si vuelve a ganar el no?-- Prefiero no ponerme en esa hipótesis, pero se perdería una gran oportunidad política. Será un fracaso de la capacidad colectiva de los estados europeos de llevar a cabo una modesta, pero significativa reforma.