China recibió la antorcha olímpica con la pompa reservada a las grandes ocasiones y en medio de fuertes medidas de seguridad. La antorcha llegó puntual al aeropuerto de Pekín. La recibió Zhou Yong Kan, alto miembro del Politburó del Partido Comunista de China. El fuego olímpico se dirigió a la plaza de Tiananmén, escenario del fundacional discurso de Mao Zedong en 1949 y de la sangrienta represión de 1989, donde esperaban 5.000 invitados. "El centenario sueño del pueblo chino de acoger los Juegos Olímpicos se ha vuelto realidad", proclamó Xi Jinping, el heredero de Hu Jintao en la presidencia china. Hu cedió la antorcha a Liu Xiang, campeón de los 110 metros vallas, para que diera el primer relevo. Las medidas de seguridad fueron las habituales en Tiananmén: policías, calles cortadas y detectores de metales. Mientras, las protestas de los tibetanos siguieron en todo el mundo.