El primer ministro británico, Gordon Brown, se ha despeñado en los sondeos después de una semana trágica para su Gobierno. La pérdida de los datos privados de 25 millones de ciudadanos por parte del Ministerio de Hacienda ha quebrado, quizá irremediablemente, la confianza del elector en el líder laborista.

Una encuesta de Channel 4 sitúa a los conservadores, con un 41% de las intenciones de voto, 9 puntos por delante de los laboristas. Por primera vez, la mayoría de los consultados en otro sondeo, publicado ayer por The Times , dicen confiar más en la gestión económica de los tories que en la del actual responsable de Finanzas, Alistair Darling.

RABIA CIUDADANA La pérdida de información confidencial ha enfurecido al pueblo. Un 73% cree que lo ocurrido afecta a la confianza en el Ejecutivo y un 64% va todavía mucho más lejos y cuestiona las "competencias básicas del Gobierno".

El número de los que respaldaban al equipo económico formado por Brown y Darling se ha desplomado, reduciéndose en más de la mitad, y ha pasado de un holgado 61% a principios de septiembre a un 28% en la noche del miércoles, momento en que se realizó la consulta.

No solo ha influido que Hacienda haya perdido los datos confidenciales, incluido el número de las cuentas bancarias, de la mitad de las familias británicas, exponiéndolas a un fraude masivo. La forma en que Darling ha manejado la crisis del banco Northern Rock pone en duda su capacidad y la de Brown para dirigir la economía.

Según The Guardian , Northern Rock tendrá grandes dificultades para poder devolver los 32.000 millones de euros que el Banco de Inglaterra le prestó a fin de evitar la quiebra. No está claro que el crédito esté respaldado por los activos del banco y la factura pueden terminar abonándola los contribuyentes.

Por si fuera poco, Brown recibió el jueves un inesperado ataque de cinco exmandos militares, que en la Cámara de los Lores le acusaron de "despreciar" a las Fuerzas Armadas. El almirante Lord Boyce, el hombre que dirigió las tropas británicas en Irak, le echó en cara la falta de medios, que ha puesto la vida de los soldados en peligro.