Perú vive en estado de enormes urgencias políticas y sociales. Por eso, el presidente, Alan García, decidió declararle la guerra a la impuntualidad. García, conocido por una locuacidad maratoniana, decidió dedicarle esta vez solo 12 minutos a justificar la necesidad de que los peruanos hagan las cosas a su tiempo.

Al lanzar la campaña Perú, la hora sin demora , el mandatario embistió contra esa informalidad nacional que "tiene un costo inmenso para nuestro país". Si, como cree García, los 16 millones de personas mayores de edad pierden media hora en cada jornada, eso significa para ese país un derroche de 3.800 millones de euros anuales.

El Gobierno espera que, en cuatro meses, millones de peruanos cambien sus hábitos. "El impuntual ofende a la sociedad", dijo Jorge del Castillo, presidente del consejo de ministros. "La puntualidad es exactitud y un compromiso con Perú", sentenció el alcalde capitalino, Luis Castañeda. "Como dice el refrán: el tiempo es oro", recordó el excanciller y secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar.

La campaña se ha lanzado sonoramente. El jueves, las campanas de la catedral tañeron inusualmente. Las sirenas de los bomberos y la policía ulularon como en una catástrofe. Los ministros de García fueron a las provincias a hablar de la noticia. No todos llegaron a la hora fijada.