Londres escapó ayer por poco a un nuevo atentado terrorista a gran escala, dos días después del nombramiento de Gordon Brown como primer ministro. A primera hora de la madrugada del viernes, la policía desactivó un potente coche bomba en el centro turístico de la capital, que de haber explotado hubiera resultado devastador. Horas más tarde, fue hallado un segundo vehículo preparado para explotar.

Las fuerzas de seguridad no recibieron ningún aviso de un ataque que lleva el sello de Al Qaeda. Apenas instalado en su nuevo cargo, Brown pidió a los británicos que se mantengan alerta porque el país vive una amenaza "seria y continuada".

El azar jugó esta vez en contra de los terroristas. Hacia la una de la madrugada, los miembros del servicio de ambulancias que habían acudido a la discoteca Tiger Tiger --en la avenida de Haymarket, junto a la plaza de Piccadilly-- para atender a un hombre herido observaron que salía humo de un Mercedes plateado aparcado a la puerta del local. Avisada la policía, los agentes descubrieron en el vehículo 60 litros de gasolina, varias bombonas de gas propano y cientos de clavos. Los propios miembros de la patrulla policial desactivaron el sistema manualmente.

Los investigadores creen que los terroristas trataron de activar la carga mediante un teléfono móvil pero que un fallo en el detonador impidió que el coche estallara junto a la discoteca, donde había más de 1.000 personas. "Es un artefacto que podía haber provocado importantes daños y haber causado cientos de muertos", señaló una fuente de la lucha antiterrorista.

EXHAUSTIVA DESCRIPCION Al parecer, los investigadores disponen de una exhaustiva descripción del conductor del vehículo, a quien algunos testigos aseguran haber visto dejar el lugar corriendo. Las fuerzas de seguridad examinan también los vídeos de las numerosas cámaras de seguridad existentes en la zona.

En la conferencia de prensa de Scotland Yard, el subcomisario Peter Clarke indicó que era demasiado pronto para saber quién está detrás del frustrado atentado, pero fuentes próximas al Gobierno señalaron que el ataque tenía "una dimensión internacional". Horas más tarde, tras confirmarse la existencia del segundo vehículo con la misma carga explosiva, la policía aseguró que los dos incidentes están "claramente relacionados". El segundo vehículo estaba inicialmente aparcado en el barrio de Haymarket, muy cerca del primero, pero fue trasladado por la policía a un párking subterráneo de Park Lane.

METODO IRAQUI Las sospechas de los investigadores recaen en Al Qaeda y grupos afines. El sistema explosivo utilizado, similar al empleado en los ataques en Irak, apunta al modus operandi del extremismo islamista.