Durante cerca de medio siglo siguió la estela de su hermano Fidel. Ahora afronta, a los 76 años, el reto de asegurar el futuro de la revolución con la disyuntiva de optar entre el inmovilismo y la renovación. El 31 de julio del 2006, por primera vez en la historia de la revolución, asumió el poder debido a la grave enfermedad del líder cubano. Desde entonces, arropado por seis pesos pesados del Partido Comunista y del Gobierno de la confianza de Fidel Castro, se enfrenta a la difícil tarea de conducir las riendas del país sin hacer sombra al comandante en jefe. Pese a su fama de hombre duro y ortodoxo, a él se deben algunas de las medidas aperturistas adoptadas por el régimen en momentos críticos.