El escándalo en el que se ve envuelto el Ejército alemán por las fotos tomadas en Afganistán en el 2003, en las que se ve a distintos soldados posando con un cráneo humano, sigue creciendo. Ayer, un diario publicó que el Ejército organizó visitas macabras a una fosa de Kabul. Mientras, tres soldados de la Brigada Acorazada 18 del Ejército Federal Alemán confesaron su participación en la profanación de cuerpos. El general Christof Munzlinger, quien dio a conocer esta noticia al diario Lübecker Nachrichten , aseguró: "Los responsables han confesado sin reservas y se muestran arrepentidos y compungidos por el suceso".

El escándalo, que se desató la semana pasada cuando el diario Bild publicó las primeras fotos, ya ha supuesto la suspensión de servicio de dos militares y, según fuentes del Ministerio de Defensa, al menos otras 20 personas están siendo investigadas. Algunos políticos apuntan a que habrá más implicados, como afirmó Hans-Christian Ströbele (Los Verdes): "Sé por más de una docena de personas que hay cientos de fotos de ese tipo".

EXCURSIONES MACABRAS Esta afirmación parece confirmarse con la noticia lanzada ayer por el Stuttgarter Zeitung , que publicaba que el Ejército organizó excursiones en autobús a la fosa común cercana a Kabul donde se realizaron las fotos antes de junio del 2003. Un soldado aseguró que militares de Camp Warehouse, un campo de la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad (ISAF), y algunos visitantes, entre los que se incluyen políticos o altos cargos del Ejército, habrían asistido a estas macabras excursiones y algunos habrían tomado fotos.

El Gobierno insiste en exculpar a oficiales y políticos, y el ministro de Defensa, Franz Josef Jung, rechaza cualquier responsabilidad del Ejecutivo actual, alegando que, en el tiempo en el que se realizaron las fotografías, él aún no estaba al frente del Ministerio de Defensa.