Ante la posible formación de un Gobierno en Israel que se oponga a la creación de un Estado palestino, la Autoridad Nacional Palestina ha movido ficha para presionar a Europa y EEUU a fin de que aíslen a ese Ejecutivo, como hicieron con Hamás tras su triunfo electoral. Este es el mensaje que, según el diario Haaretz, que cita una alta fuente política en Jerusalén, transmitió el presidente Mahmud Abbás la semana pasada a los líderes de Francia, Gran Bretaña e Italia durante su gira.

Abbás desea que si el Likud de Binyamin Netanyahu acaba formando Gobierno, la comunidad internacional lo margine diplomáticamente y le imponga sanciones. Para defender su postura, el líder palestino se ha apoyado en el precedente de Hamás. Y es que, en el caso palestino, ni siquiera el Gabinete de unidad formado con Al Fatá tras el efímero acuerdo de la Meca en el 2007 sirvió para que Occidente levantara las sanciones, impuestas tras el rechazo de los islamistas a reconocer explícitamente a Israel y renunciar al terrorismo.

SIN SOBERANIA El Likud no disimula su oposición a un Estado palestino. Su programa electoral reza: "Los palestinos pueden gobernar en libertad en un marco de autonomía, pero no en un Estado independiente y soberano". De los asentamientos, dice que son la "realización de los valores sionistas" y que buscará "reforzarlos" y prevenir su desmantelamiento.